Las expropiaciones dan aire a Podemos en la negociación de la ley de Vivienda
Las expropiaciones de viviendas en Baleares han desatado un auténtico terremoto en el mercado inmobiliario que ha llegado también a la arena política. La confiscación aprobada por el Govern socialista se produce en pleno pulso en el seno del Gobierno de coalición a cuenta del control del precio de los alquileres y en la recta final de las negociaciones sobre la ley de Vivienda a nivel nacional.
Vencido ya febrero, mes que las partes se habían dado para alcanzar un pacto, las conversaciones están bloqueadas entre Transportes y Unidas Podemos. Se trata de una cuestión crucial para la formación de Pablo Iglesias, que se siente reforzada en esta batalla tras el movimiento del Govern, aunque el PSOE insiste en que no lo llevará al Consejo de Ministros sin acuerdo previo y rechaza que este sea el camino a seguir.
En el entorno socialista reconocen que el gesto del equipo de Francina Armengol es «muy feo» en términos políticos y aseguran que buscarán evitar que el debate se eleve a la esfera nacional: «El ministro de Transportes tiene claro que las tesis de Unidas Podemos no son asumibles y así se está demostrando en las negociaciones». Recuerdan que los planteamientos socialistas en esta negociación «son distintos» a la expropiación en Baleares y que buscan fomentar los incentivos fiscales para que las viviendas vacías salgan al mercado del alquiler.
Desde el ministerio que lidera José Luis Ábalos se asegura, de hecho, que esta fórmula no se incorporará a la nueva Ley de Vivienda y circunscriben las expropiaciones de Baleares a una ley autonómica. Sobre el gesto político, sin embargo, evitan posicionarse.