Una gigafactoría de baterías, primer proyecto del maná europeo
▶ Seat, VW e Iberdrola liderarán un consorcio público-privado para impulsar el coche eléctrico
Tras meses de dimes y diretes, en busca de posibles inversores, el Gobierno anunció ayer que está en trámites de crear un consorcio público-privado para erigir la primera fábrica de baterías para vehículos eléctricos –conocidas como gigafactorías– en España. Según la ministra de Industria, Reyes Maroto, lo hará en colaboración con Seat, Volkswagen e Iberdrola. El proyecto, no obstante, estará abierto también a otros socios.
«Este consorcio formará parte del primer Perte que tiene como objetivo la transición hacia el vehículo eléctrico y conectado», avanzó Maroto durante el 28 Congreso Federal de UGTFica. Los Perte (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) son la fórmula con la que el Ejecutivo busca articular la llegada de los fondos europeos de recuperación Next Generation. Unos 10.000 millones, el 14% del total, irán destinados a proyectos relacionados con la transformación del automóvil y la movilidad. La ubicación de la gigafactoría no está aún clara, y aunque la ministra Maroto señaló que estaría «cerca» de Martorell, donde Seat tiene su fábrica, fuentes conocedoras de las negociaciones han señalado que la decisión aún no está lo suficientemente madura. Una de las posibilidades es que se ocupen los terrenos de Nissan en la Zona Franca de Barcelona, pero sin descartar otras opciones.
«El proyecto va a permitir garantizar que existan en España las infraestructuras, instalaciones y mecanismos necesarios para fabricar de forma autónoma y competitiva un vehículo eléctrico conectado completo», detalló Maroto. Este viernes, el Rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitan la fábrica de Seat en Martorell, junto a la propia Maroto, el presidente de Seat, Wayne Griffiths y el consejero delegado del consorcio Volkswagen, Herbert Diess. La semana pasada Griffiths avanzó que la marca tiene «muy avanzadas» las discusiones con el Gobierno para fabricar un vehículo eléctrico en Martorell, tras haber comprometido una inversión de 5.000 millones de euros. El directivo, no obstante, pidió al Gobierno apoyo, así como ayudas para incentivar las ventas de coches eléctricos y acelerar la infraestructura de recarga. «España no puede perder el tren. Los fondos europeos pueden ser adecuados para esto», dijo.
La importancia estratégica es evidente, tal y como demuestra que las negociaciones se han llevado acabo entre empresas y Gobierno de forma absolutamente discreta, hasta el punto por ejemplo de que fuentes de la Generalitat de Cataluña –que había señalado una fábrica de baterías como uno de los 27 proyectos estratégicos con los que optar a los fondos europeos– manifestaron a ABC haberse enterado por el anuncio de Maroto. El sector del automóvil considera clave la construcción de una o dos fábricas de baterías para que España pueda mantener su papel como segundo fabricante de vehículos de Europa. El anuncio llega además a menos de un mes de la fecha límite que se ha fijado para recibir las cartas de intenciones para los interesados en dar continuidad a la actividad industrial de Nissan en la cercana Zona Franca de Barcelona. Entre los proyectos que por ahora se han presentado, se baraja la construcción de una planta de baterías. Asimismo, el fabricante sueco Inzile ha mostrado su interés por fabricar camiones eléctricos. Por otro lado, el miércoles, la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, visitó las instalaciones de Power Electronics en Valencia. La compañía lidera la denominada Alianza Valenciana de Baterías, que pretende instalar otra gigafactoría en la región.