Las chicas Disney son guerreras
El estudio estrena en la plataforma y muy pocas salas de cine su última película de animación
o hay una princesa a la que rescatar ni una imposible historia de amor en ‘Raya y el último dragón’, el nuevo largometraje animado de Disney, que hoy se estrena en pocas salas de cine y en su plataforma. Aquí, la ‘mala’ de la película es la princesa Namaari (Gemma Chan), una joven de armas tomar y dispuesta a todo para salvar solo a los suyos. Eso incluye hacer la trece catorce a la protagonista, Raya (Kelly Marie Tran), otra joven guerrera que quiere salvar el mundo tras la casi extinción de dragones por culpa de una fuerza maligna.
NEse último dragón es en realidad la última dragona, a la que pone voz la rapera Awkwafina.
Las tres actrices son de ascendencia asiática y sus personajes también; en este caso, de un continente descuajeringado por las guerras entre las regiones, que quieren llevarse el dragón (o lo que queda de él: una piedra) al agua. Cuando Adele Lim, antes guionista del taquillazo ‘Crazy Rich Asians’, entró al último proyecto de Disney, ya existía la pareja titular: «Fue fantástico hacer ambos personajes femeninos porque es raro ver una relación de amistad tan fuerte como el corazón de una película importante». Mientras Raya es una heroína tenaz, empeñada en salvar el mundo de manera agresiva, Sisu es una criatura proclive a confiar y amar. Hay otra relación estrecha que vertebra ‘Raya y el último dragón’: la frustrada relación entre la protagonista y
Dirección: Don Hall, Carlos López Estrada, Paul Briggs, John Ripa. Intérpretes: Animación. isney profundizaba en la maravillosa ‘Soul’ en la línea filosófica a la que parece haberse entregado Pixar. Con ‘Raya y el último dragón’ confía en las aventuras de toda la vida, convenientemente modernizadas. Sus heroínas, femeninas y asiáticas, surfean sobre una historia que rebosa magia y aboga por la fe en el prójimo y la bondad. Las viejas princesas cursis han sido sustituidas por guerreras con carácter. Aún son guapas, pero el premio ya no es un príncipe apuesto, ni valiente ni cobarde. Los avances en materia social y tecnológica del gigante son incuestionables, aunque algún espectador se preguntará si todo ello basta para transmitir emoción, además de valores.
DEl astuto ratón tampoco ha perdido la habilidad para enriquecer sus relatos con sabrosos personajes secundarios, claves en casi todos sus guiones. Los dibujan siempre mucho más pequeñitos y no tienen demasiadas frases, cuando no son directamente mudos, pero trabajan como robaplanos profesionales y, a menudo, son casi los únicos encargados de cosechar sonrisas. Las protagonistas se concentran en sus absorbentes misiones y en dar la talla en las peleas, para pasar de pantalla. La videoaventura incluye dragones y gemas con poderes, todo novísimo y a la vez familiar, no ya en el universo Disney, sino en películas casi adultas y de superhéroes de otras franquicias, arcas perdidas incluidas.
‘Mulan’ es otro referente obvio, pero no el único de una película en la que hay hasta cuatro directores, uno de ellos de habla hispana, que aportan diversidad y pulen hasta el último detalle para que nadie se quede atrás ni dormido. El resultado es un producto casi perfecto; si algo se echa en falta es alguna arruga de la que enamorarse.