▶El bloqueo del canal de Suez genera un efecto dominó en la economía que, junto con la pandemia, ahonda en la crisis de la cadena de suministro global
El carguero Ever Given, del tamaño de cuatro estadios como el Bernabéu o el Metropolitano, bloquea desde el pasado martes el Canal de Suez, el mismo que hace 60 años sepultó al ya decadente Imperio británico y que desde hace décadas se ha erigido como la principal vía marítima que conecta el transporte de energía y bienes entre Europa y Asia. Cuando se cuentan ya más de 72 horas del encallamiento, y sumando, este cuello de botella colosal ya se empieza a sentir no solo en El Cairo, sino en los grandes puertos europeos como los de Génova, en Italia, Barcelona, Valencia y Algeciras, en España, y llegando hasta los confines de EE.UU., India y por supuesto China.
Ayer fracasó el último intento para reflotar el buque Ever Given, informaron los propietarios del navío. Varias embarcaciones comenzaron su desvío rodeando el continente africano. El desastre del momento dejó varados a cerca de 200 embarcaciones que se debaten sobre si esperar a que los equipos de rescates dejen la vía libre, que puede durar horas, para los más optimistas como el propietario japonés del navío, o a varias semanas, los más prudentes; la otra opción que manejan y que, en el caso de extenderse en el tiempo generaría un daño irreparable a la viabilidad del propio Canal de Suez, sería optar por vías alternativas como la del Cabo de Buena Esperanza, con la amenaza de la piratería, o, como promueven desde Rusia, explorar más la ruta del Ártico.
«Algunos barcos optarán por pasar por el Cabo de Buena Esperanza, alargando las rutas. Basta pensar que en la ruta Shanghái-Génova, un barco que viaja a 20 nudos (37 km/h) rodeando África tarda diez días más que por Suez. El aumento del precio del petróleo es otra variable crítica que afectará los costos de transporte», afirma a ABC el Observatorio de Economía Marítima (SRM). «Estamos hablando de una ruta de tránsito por donde pasan más de mil millones de toneladas de mercancías cada año y más de 18.000 barcos. Habrá que ver cómo se afianzan las rutas del Ártico, actualmente estacional, y la del cabo de Buena Esperanza, que cuesta mucho más en términos de tiempo y combustible», agregan. Según un informe de SRM, la política de captación de tráfico por Suez tiene importantes implicaciones «en la portualidad del Mediterráneo». Además, en la última década, la carga ha crecido un 25,7% y en el mismo período, las mercancías en contenedores han aumentado un 37%.
Desde el miércoles, con la ayuda internacional, la Autoridad del Canal de Suez de Egipto (SCA) trata de desencallar el buque. Egipto ha recibido varias ofertas de ayuda internacional, en particular de EE.UU., según la SCA. Turquía también se ha ofrecido a enviar un remolcador en un momento en el que busca destensar las relaciones con El Cairo tras el derrocamiento en 2013 del presidente Mohamed Morsi, de los Hermanos Musulmanes y apoyado por Erdogan.
Aunque la relevancia de este incidente ni se aproxima, según las fuentes consultadas por este periódico, a catástrofes medioambientales como los vertidos del Prestige (2002) o en el golfo de México (2010), la nueva crisis del canal de Suez siembra dudas sobre el modelo hegemónico de comercio global ya tocado por la pandemia, que hace un año colapsaba las cadenas de suministro de equipos médicos entre Asia y Europa. En los últimos años, los grandes contenedores se han convertido en las estrellas del transporte marítimo. En lugar de almacenar bienes por una temporada, las empresas prefieren recurrir al modelo «justo a tiempo» de cadena de suministro apoyado en internet. En los últimos 50 años, la capacidad de transporte ha aumentado un 1.500%, duplicándose la última década, según un informe del analista de la OCDE Olaf Merk.
Entretanto, las aseguradoras mundiales se enfrentan a una gigantesca factura para afrontar los costes del atasco del canal de Suez, que ha bloqueado completamente la vía fluvial de Egip
Ayuda internacional Egipto ha recibido ofertas de ayuda para desencallar el barco de EE.UU. y de Turquía