China impone sanciones al Reino Unido por «desinformación»
▶ Cinco parlamentarios y cuatro entidades, castigados por su apoyo a los uigures
oeste del país; mientras que Egipto, Emiratos Árabes y fuerzas de seguridad rusas apoyaban el gobierno de Tobruk, al este de Libia.
El interés de Ankara siempre ha sido mantener Trípoli y evitar que Emiratos Árabes pudiera poner un pie en el norte de África, o que el presidente Al Sisi tuviese influencia directa en el futuro de Libia. A los cientos de soldados libios en Trípoli, se sumaron miles de mercenarios sirios traídos por Ankara para defender el territorio.
El martes, miembros de las milicias sirias proturcas comenzaron a abandonar Trípoli, según dijo una fuente diplomática francesa a la agencia de noticias Afp. Aunque ni el gobierno nacional de unidad libio ni Ankara se
La maltrecha relación entre el Reino Unido y China parece estar deteriorándose aún más, y las sanciones del gigante asiático a nueve ciudadanos británicos, entre ellos cinco parlamentarios, así como a cuatro entidades, acusadas de «mentir» y difundir «desinformación» sobre el país, es un paso más en la escalada de tensión. Los sancionados son los conservadores Iain Duncan Smith, Nusrat Ghani y Tim Loughton, así como la baronesa Helena Kennedy y Lord David Alton, todos miembros de la Alianza Interparlamentaria sobre China. También Tom Tugendhat y Neil O’Brien, que lideran el Grupo de Investigación de China, así como el abogado Geoffrey Nice, que investiga las atrocidades cometidas contra los uigures, y la académica de la Universidad de Newcastle Jo Smith Finley, cuya investigación se centra en este grupo minoritario. A todos se les prohibirá la entrada a China, Hong Kong y Macao, se congelarán, si las tienen, sus propiedades o inversiones en el país y se prohibirá a los ciudadanos e instituciones chinos hacer negocios con ellos.
Las medidas llegan después de que el pasado lunes el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Dominic Raab, anunciara a su vez sanciones contra algunos de los presuntos autores de las graves violaciones de derechos humanos que tienen lugar contra los uigures y otras minorías en la región de Xinjiang, una medida coordinada por la comunidad han pronunciado al respecto, todo apunta a que se trata de un pacto regional entre Egipto, Turquía, Rusia y Estados Unidos para acabar con la presencia de mercenarios en Libia.
Respecto al tratado de paz, Turquía siempre ha sido muy clara. Al nuevo gobierno de unidad le pedía dos cosas. Por un lado, conservar el acuerdo en el Mediterráneo alcanzado durante el mandato del anterior primer ministro, Fayez Serraj, que crea una zona económica exclusiva entre los dos países. Por otro lado, Ankara pedía mantener a Jalifa Haftar, comandante del Ejercito Nacional Libio y cabeza de facto del gobierno de Tobruk, fuera de las conversaciones. Ambas peticiones fueron concedidas. internacional. Según el ministerio, Londres impondrá por primera vez la congelación de activos y prohibiciones de viaje a cuatro funcionarios del Gobierno chino, así como a un organismo de seguridad de Xinjiang, bajo el régimen de sanciones de Derechos Humanos Globales del Reino Unido por violaciones sistémicas contra los uigures y otras minorías. China ha negado repetidamente las acusaciones, y argumenta que los campamentos son instalaciones de «reeducación» utilizadas para combatir el terrorismo.
Las medidas forman parte de la llamada diplomacia intensiva del
Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, que forman parte de los 39 países que han firmado una declaración conjunta en la ONU en la que responsabilizan a China de repetidas violaciones a los derechos humanos. En un comunicado, Exteriores explicó que «actuar juntos envía la señal más clara posible de que la comunidad internacional está unida en su condena de las violaciones de derechos humanos de China en Xinjiang y la necesidad de que Pekín ponga fin a sus prácticas discriminatorias y opresivas en la región». «No se pueden ignorar las pruebas de abusos generalizados contra los derechos humanos en Xinjiang, incluida la detención y vigilancia masivas, los informes de tortura y esterilización forzada», explicó Raab, que añadió que «al trabajar con nuestros socios internacionales, estamos imponiendo sanciones específicas para que los responsables rindan cuentas».
Pulso diplomático
El primer ministro, Boris Johnson, declaró que los ciudadanos británicos sancionados por China están «arrojando luz» sobre «graves violaciones de derechos humanos», y añadió, en una publicación en su cuenta de Twitter, que «la libertad de expresarse en contra de los abusos es fundamental» y les dio su apoyo: «Estoy con ellos».
El Gobierno anunció que convocará al embajador chino en Londres por considerar que las sanciones impuestas son un evidente signo de debilidad. «Convocaremos al embajador aquí y le explicaremos en términos muy claros nuestra posición con respecto a los diputados y a otras figuras que han hablado públicamente, y también aclararemos que no nos silenciarán a la hora de denunciar estos abusos contra los derechos humanos», declaró Dominic Raab a los medios, y advirtió a Pekín que si quiere «refutar de manera creíble» las afirmaciones, debería permitir el acceso de la ONU a Xinjiang.
Represalia Las sanciones llegan después de que Londres tomara medidas contra ciudadanos chinos