La reinvención de Hortelano
▶ El atleta, que regresa hoy tras meses fuera de las pistas, ha vivido una transformación total de sus hábitos
La última aparición de Bruno Hortelano en el tartán apenas duró diez días, pues tras correr en Andorra y batir el récord de España de 150 metros caía lesionado en la Diamond League de Estocolmo. Otra vez a parar, igual que le había ocurrido un año antes, cuando tuvo que renunciar al Mundial de Doha. Interrupciones que se repetían con demasiada frecuencia y que habían hecho muy complicado su regreso a la alta competición. Por eso, el atleta y su equipo decidieron sentarse el pasado verano para analizar las causas de tantas lesiones y la reflexión desembocó en una reinvención casi completa, que ha llevado a Hortelano a variar muchos de sus hábitos y a modificar sustancialmente su alimentación para dejar atrás los problemas físicos y centrarse únicamente en la pista.
Ahí volverá a estar hoy el plusmarquista español de
100, 200 y 400 metros, que después de siete meses en la sombra correrá su primera prueba en un mitin en Tenerife (14.00 horas). Será un test para comprobar si los cambios hechos en su vida han ido en la buena dirección. «Los objetivos ambiciosos requieren acciones concretas para lograr el mejor rendimiento, por eso hemos trazado los cambios necesarios para seguir el camino con las mejores garantías», reconocía en agosto pasado el atleta, poco antes de embarcarse en una aventura que le ha llevado a cambiar su dieta, sus horarios de entrenamiento y hasta su manera de dormir. Tres pilares básicos que convergen en un sueño: los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Al grupo de trabajo de Hortelano se han unido cuatro personas en este tiempo. El fisiólogo y entrenador Jesús Álvarez-Herms, apoyado por Sergi Mata, ha individualizado el entrenamiento del atleta, dentro y fuera de la pista. «Hemos determinado que casi cualquier cosa que haga Bruno en su día a día repercute en su rendimiento sobre el tartán. Por eso hemos analizado todo su estilo de vida para prevenir lesiones, que era algo que le había lastrado en el pasado»,
explica a
ABC una persona muy cercana al atleta que prefiere mantener el anonimato, pero que incide en el esfuerzo que ha hecho Hortelano para encarar el tramo final de su preparación para los Juegos de Tokio.
Entrenar a mediodía
A finales de 2020, el velocista abandonó los suplementos vitamínicos que tomaba hasta entonces, cuidando mucho más su nutrición y desterrando todos los alimentos que no servían para evitar lesiones y que mantenían inflamado el intestino de manera crónica. El encargado de esta nueva dieta ha sido el bioquímico y director de KDNA, Adrián Odriozola, un gurú de la alimentación que ha transformado el día a día de Hortelano.
Junto a él, el quiropráctico Xavier Elain ha sido el responsable de la prevención física y la rehabilitación funcional, adecuando los esfuerzos de Bruno a cada momento de manera personalizada. Además, el velocista se sometió el año pasado a un estudio de sus ritmos circadianos para saber cuándo era el mejor momento del día para entrenar y ver si estaba durmiendo bien. Tras analizar los resultados, Hortelano cambió su rutina diaria y empezó a llevar a cabo sesiones a mediodía, que es el tramo de la jornada en el que su cuerpo ofrece un mejor rendimiento. Por eso, entre otras cosas, la carrera de 200 prevista para hoy se celebra a una hora tan extraña. Como si fuera una especie de experimento que refleje sobre la pista cómo de positivos han sido los cambios de estos últimos meses. «Luchar por los sueños requiere dedicación», sentencia el atleta.