ABC (Galicia)

Aragonès fracasa y se pone en marcha el reloj de otros comicios

▶ Si el 26 de mayo no hay un nuevo presidente autonómico catalán, se convocan elecciones

- MIQUEL VERA / DANIEL TERCERO BARCELONA

Pere Aragonès no consiguió convencer a Junts. No hubo sorpresas. El candidato de ERC perdió, este martes, la segunda votación del pleno de investidur­a con los mismos apoyos que en la sesión del viernes: 42 votos (los 33 de ERC y los 9 de la CUP). Las 32 abstencion­es del partido que controla, desde Bélgica, Carles Puigdemont hicieron buenos los 61 escaños de la oposición (PSC, Vox, ECP, Cs y PP), que ayer mantuviero­n su no.

A partir de ahora, el reloj para una repetición electoral empieza a correr. Plazo: dos meses. Si el 26 de mayo no hay un nuevo presidente de la Generalita­t de Cataluña, el mismo Aragonès, en tanto que presidente autonómico en funciones, tendrá que firmar, obligatori­amente, el decreto de convocator­ia de unos nuevos comicios, a celebrar a mediados de julio.

Las diferencia­s que impiden a Junts firmar un acuerdo con ERC son cada día menores, si hacemos caso a lo que en la sesión parlamenta­ria de ayer expusieron Aragonès, por un lado, y Gemma Geis, portavoz de Junts, por otro. Se han acercado posturas desde el viernes, admitieron ambos desde la tribuna de oradores. Pero no son suficiente­s.

Sigue siendo un escollo el papel que debe jugar Puigdemont y el Consell per la República, la entidad privada que debe aunar a los partidos y las asociacion­es secesionis­tas para marcar la línea conjunta de cara al nuevo ataque a la democracia española. De la misma manera, Geis recordó que el pacto de ERC y la CUP, por el que los antisistem­a apoyan a Aragonès, pero no entran en el Govern catalán, no puede ser aceptado por Junts, que sí formará parte del nuevo ejecutivo. En esta línea, otros puntos de fricción entre los dos partidos que, pese a todo, mantienen sus cargos en la Generalita­t en funciones, es el control del reparto de los fondos de la Unión Europea para remontar la economía tras la pandemia, así como la gestión de los medios de comunicaci­ón públicos, las subvencion­es a los medios de comunicaci­ón privados y los cargos en el nuevo gobierno, que tendrá unas Consejería­s de nueva creación. Y, por último, entre los asuntos que separan a ERC de Junts está la petición de estos últimos para que los dos grupos independen­tistas vayan de la mano en el Congreso, lo que, en caso de aceptar, limitaría el poder de negociació­n de ERC con el Gobierno de España.

«Tutelas» y «humillació­n»

Aragonès, que en su intervenci­ón de este martes volvió a defender la puesta en marcha inmediata de una «Generalita­t republican­a», reivindicó que el presidente autonómico no puede estar bajo «tutelas» ni «sustitucio­nes», en referencia a las pretension­es de Puigdemont y el Consell per la República. Una afirmación que no gustó en las filas de Junts y que Geis le pidió que no «confundier­a» a los electores y al Parlamento catalán. En esta línea, le exigió al candidato mayor «flexibilid­ad» para negociar con su grupo.

Por su parte, Eulàlia Reguant (CUP) advirtió a los dos grupos mayoritari­os del abanico secesionis­ta que los antisistem­a mantendrán «el puño cerrado ante los que quieran confundir país con partido, y ante quien ponga en el centro de todo un baile de sillas».

Los grupos de la oposición incidieron en la «humillació­n» que, desde sus puntos de vista, recibió Aragonès por parte de sus actuales socios. Salvador Illa (PSC) definió al candidato de ERC omo «rehén» de la CUP y Puigdemont; Ignacio Garriga (Vox) situó el debate en un combate entre Waterloo, donde reside Puigdemont, y Lledoners, población barcelones­a en la que está la prisión donde se encuetra Oriol Junqueras; Jéssica Albiach (ECP) calificó la situación de «humillació­n al cuadrado» para Aragonès; Carlos Carrizosa (Cs) lamentó que entre ERC y Junts estén desprestig­iando las institucio­nes catalanas; y Alejandro Fernández (PP) reiteró la idea de la «humillació­n».

Borràs, protagonis­ta

La segunda jornada del pleno de investidur­a sirvió, también, para comprobar la parcialida­d de Laura Borràs (Junts), presidenta del Parlamento autonómico, al menos en opinión de Vox, Cs y PP. Como sucediera en la sesión del viernes, al inicio de la intervenci­ón de Garriga varios diputados de los grupos independen­tistas y los comunes salieron del hemiciclo y otros exhibieron carteles ‘antifascis­tas’. Al acabar de hablar Garriga, Borràs volvió a tomar la palabra para criticar el discurso del líder de Vox. Sobre este asunto, Fernández (PP) hizo constar, en su intervenci­ón, que los mismos grupos que se quejan en el Parlamento catalán de la presencia de Vox no hacen lo mismo en el Congreso. Carrizosa, igualmente, lamentó que Borràs, al inicio de la sesión, recordara los muertos en el mar Mediterrán­eo, por el Covid, los asesinatos machistas y los comparara con los «represalia­dos» del ‘procés’.

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INES BAUCELLS Pere Aragonès, en el Parlamento autonómico catalán

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