Cambio radical de la ciudad
Los verdes berlineses plantean las nuevas medidas como el principio de una reestructuración total de la infraestructura urbana. «Esperamos ir mucho más allá de una serie de normas concretas, lo que hay que cambiar es el concepto general del tráfico», reclaman las asociaciones de viandantes la retirada de un carril bici en la calle comercial Wilmersdorfer Strasse. El argumento es que se trata de un área peatonal donde, de permitir el uso de bicicletas, sería necesario instalar medidas de seguridad y al menos pasos de cebra, quizá hasta semáforos, lo que obstaculizaría el flujo del paseo, según explica Jan Thomsen, portavoz del Departamento de Tráfico del Senado de Berlín. Los peatones se quejan también de la proliferación de repartidores en bicicleta, ese enjambre que hace posibles los servicios de paquetería y ventas online pero que disturba la paz peatonal del boulevard comercial. El bellísimo parque del Schloss Carlottenburg es también objeto de discordia entre ciclistas y peatones, que exigen la expulsión de las ruedas del Spreeweg, por la molestia que suponen para los viandantes. Los mismos ciclistas que hace solo unos meses se manifestaban por la expulsión de los vehículos de motor, sufren ahora la discriminación por parte de los peatones.
«Y esto es solo el principio», advierte la senadora verde Regine Günther, que habla de una «reestructuración fundamental de la infraestructura urbana que sea implementada con un alto nivel de poder de permanencia». Berlín ya no se identifica con el sector del motor alemán ni con el popular ‘trabi’, el anticuado Trabant de la RDA, sino que se vuelva completamente con los simpáticos Ampelmännchen, los hombrecillos verdes del semáforo de peatones, felices, en movimiento y empoderados contra cualquier otro tipo de ajetreo urbano.