«En Rusia me torturarán hasta que diga lo que quieran»
Una activista moscovita esquiva in extremis un procedimiento de extradición en la Audiencia Nacional Gulag.net, 18.000 activistas contra los abusos en las prisiones
Se llama Olga K., es moscovita, cumple 37 este año, vive en Francia con su hijo de ocho y el pasado octubre, tuvo la pésima idea de regalarse una escapada a España que acabó con una identificación policial en el hotel en el que vacacionaba y las alarmas encendidas. Ficha roja de Interpol, Rusia la estaba reclamando por tráfico de drogas. La acusación, intentar vender pastillas a un agente de la policía. Prisión provisional. Se le vino el mundo abajo.
Hace sólo unas semanas pasó a disposición de la Audiencia Nacional para afrontar un proceso de extradición del que, finalmente, se ha librado in extremis. Mientras ella narraba la historia tras esa imputación de las autoridades rusas, su abogado, Luis Chabaneix, se movía en Lyon para informar a Interpol de que Olga tiene reconocido el asilo en Francia, razón por la que no debió viajar a España y que es suficiente como para que, al menos en la UE, Rusia ya no pueda perseguirla.
Su relato, por descontado, no es el de una narcotraficante que tenga miedo de acabar sentenciada a trabajos forzosos, sino el de la huida de una persecución que calificó de política y que le hizo temer por su vida.
La red en la que participaba Olga K. y que motivó su detención en Moscú trabaja desde el año 2011 con el objetivo de dar a los presos en Rusia y sus familiares, así como a los defensores de derechos humanos «la oportunidad de escribir y hablar sobre sus experiencias relacionadas con los centros de detención». En la práctica, además de las denuncias individuales, da soporte a la publicación de
Tal y como contó en Francia para pedir asilo y después explicó ante la titular del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, María Tardón, Olga, monitora de aerobic sobre el papel, se involucró en 2012 en el proyecto gulag.net, una plataforma de activismo que denuncia las torturas y los abusos del sistema penitenciario bajo gobierno de Putin. El impulsor de la iniciativa, Vladimir Osechkine, es más conocido que ella. filtraciones con vídeos, fotografías y documentos que ponen rostro a esas vivencias de tortura y llegan hasta la denuncia de tramas de corrupción en el sistema penitenciario. En 2015 tuvieron su máxima visibilidad, con un discurso ante la Duma que al fundador de gulag.net, Vladimir Osechkine, le supuso una acusación de traición. Habían destapado un saqueo masivo en el sistema.
Tras destapar varios escándalos de corrupción, pronunció un controvertido discurso ante el parlamento ruso, la Duma, que le valió una acusación por traición. Era 2015, abandonó el país y se refugió en Francia. Fue el momento en el que todo se torció para Olga. «Durante los meses siguientes, destacados miembros de la red y yo misma fuimos vigilados e interrogados por el servicio de inteligencia ruso, FSB, sobre el paradero de Osechkine,