La Policía analiza imágenes y redes para cazar a los ultras que agredieron a agentes
▶ Interior defiende el dispositivo, aunque era más reducido que el de un Madrid-Barça
La resaca de los graves incidentes que se produjeron el miércoles durante el mitin de Vox en Vallecas se resume en un verbo: malestar. Malestar político y malestar policial. Desde Interior se defiende el dispositivo montado para velar por la seguridad del acto –«acorde a unas circunstancias complejas»–, pero esa opinión no la comparten ni los sindicatos policiales ni algunos agentes antidisturbios que hablan de «imprevisión» y órdenes para que no se actuara con contundencia.
El dispositivo estaba formado por cuatro grupos de la Unidad Policial de Intervención (UIP), integrado cada uno por cincuenta policías aunque ninguno estaba completo, más otros tres de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR). En total algo más de 200 agentes. «En un partido Madrid-Barça antes de la pandemia ya solemos ir cinco grupos de UIP», sostienen fuentes policiales. «Y aquí se podía prever lo que iba a pasar».
Detenido por delito de odio
Las informaciones previas apuntaban a que detrás de las convocatorias para reventar el acto estaban grupos radicales como los Bukaneros (ultras del Rayo Vallecano), Vallekas Antifascista, Izquierda Castellana, el Movimiento Antirrepresivo de Madrid o la Coordinadora Antifascista de Madrid. Uno de esos individuos fue detenido ayer por un delito de odio tras publicar un tuit con el siguiente mensaje: «Abascal y Monasterio colgados del puente de Vallekas como sus ídolos italianos», ilustrado con una fotografía de Benito Mussolini y su amante ajusticiados y colgados en 1945. Hubo además otros cuatro arrestados, tres de ellos menores, durante la algarada.
La Brigada de Información de Madrid, cuyos agentes también estaban desplegados en la llamada ‘plaza roja’ de Vallecas, analizan ahora decenas de imágenes publicadas y grabadas por ellos, así como distintas redes sociales para cazar a varios individuos que agredieron de forma salvaje a policías. No ha trascendido ni el número ni si ya han sido identificados, pero según fuentes policiales, las detenciones no tardarán en producirse.
La segunda crítica se basa en la actuación en sí –criticada por Podemos, entre otros–. «Los policías llevaban el escudo y la defensa. Las bocachas (escopetas para lanzar pelotas de goma) se quedaron en las furgonetas al principio y eso solo puede obedecer a una directriz política», explican agentes de la UIP.
Desde Interior niegan que tal directriz existiera y apelan al criterio policial y a la proporcionalidad de cualquier actuación, pese a que hubo lanzamientos de adoquines y botellas y enfrentamientos cuerpo a cuerpo con los agentes. El ministro Fernando Grande-Marlaska no ha defendido públicamente la actuación policial como hizo hace dos semanas tras la ‘patada en la puerta’ de unos funcionarios. Sí llamó de forma privada el miércoles por la noche al jefe del grupo de antidisturbios que estaba al frente del dispositivo para apoyar el trabajo que habían hecho e interesarse por sus compañeros heridos: 21 tuvieron que ser atendidos y nueve de ellos acudieron al hospital para que los evaluaran. Al más grave, que sufrió una luxación en el hombro, se le trasladó a un centro hospitalario.
«No se puede poner a media Policía madrileña para un acto electoral. Si lo hubiéramos hecho, también se habría criticado», señalan fuentes policiales oficiales. No comparten esa opinión los sindicatos policiales.
Jupol considera que el despliegue policial fue «claramente insuficiente para controlar unos disturbios más que previsibles». Y aluden a que existían convocatorias previas a través de las redes sociales. «No es la primera
Los sindicatos policiales consideran insuficiente el despliegue y critican el material de antidisturbios