La SEPI gasta mil millones en
▶El Círculo de Empresarios critica el caso Plus Ultra y la IATA pide «un criterio armonizado» cuando se otorguen ayudas públicas
Anunciado a bombo y platillo durante el pasado verano, el fondo de rescate de empresas estratégicas de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) fue concebido inicialmente como un salvavidas para las grandes compañías golpeadas por el coronavirus. Pero hoy, nueve meses después, el mundo empresarial y los partidos de la oposición claman contra un mecanismo que sigue generando dudas pese a haber repartido ya casi mil millones de dinero público.
Porque al polémico rescate de Plus Ultra, cuantificado en 53 millones, se unen los recibidos por Duro Felguera (120 millones), Avoris (320 millones) y Air Europa (475 millones). En total, 968 millones otorgados para, según el Gobierno, salvaguardar la viabilidad de empresas estratégicas que soportan miles de puestos de trabajo.
Lo cierto es que el reparto de estos fondos todavía arroja más sombras que luces. Sobre todo porque el Ejecutivo ha optado por hacer pública la información justa en estos procedimientos, pese a que en el propio decreto que articula el fondo de rescate hacía referencia a la necesidad de operar con transparencia. En concreto, el Gobierno se comprometía a publicar «información relevante» sobre estos procedimientos en un plazo de tres meses. Los entresijos de los rescates a las empresas estratégicas debían publicarse en la base de datos nacional de subvenciones del ministerio de Hacienda. Pero en el portal solo concretan la empresa beneficiaria y el importe del préstamo, mientras que el apartado de detalles aparece vacío.
La opacidad del caso de Plus Ultra sobresale por encima del resto. Ayer, el presidente del Círculo de Empresarios, Manuel Pérez-Sala, advirtió de que los 53 millones de ayudas repartidos a la aerolínea respaldan la preocupación que tienen algunos empresarios sobre el reparto de los 140.000 millones que recibirá España por parte de la Unión Europea. «Los fondos aportados a esta compañía no habrían superado en ningún caso los criterios de cualquier organismo o agencia independiente», destacó Pérez-Sala en un evento organizado por Nueva Economía Fórum.
Apenas unas horas más tarde, la aerolínea hizo un comunicado en el que explicaba que era una empresa estratégica porque evitaba un monopolio de Iberia en determinadas rutas hacia Iberoamérica.
Además, defendía su condición de empresa española y recordaba que soporta 2.800 puestos de trabajo entre empleos directos e indirectos. Lo que no aclaró la empresa es la supuesta relación de sus dirigentes con el régimen de Nicolás Maduro.
El asunto ha llegado a Bruselas, al ser denunciado por el eurodiputado de Ciudadanos Luis Garicano. Sin embargo, fuentes conocedoras del proceso no ven demasiado recorrido a esta denuncia y recuerdan que si las ayudas no superan los 250 millones «no necesitan ser notificadas para su evaluación y aprobación».
Fuentes de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) evitan comentar el caso concreto de Plus Ultra –una de las pocas aerolíneas que no pertenece a esta patronal– pero sí esperan que «los gobiernos utilicen un criterio armonizado para facilitar rescates a todas las empresas». También lo piden los expertos en ética empresarial. «La transparencia cobra aún mayor importancia cuando se trata del manejo de fondos públicos que provienen de los contribuyentes. Es esencial que empresas que reciban fondos públicos de rescate tengan canales de denuncia anónimos efectivos», explica el director general en España de Business Keeper, Murray Grainger.
Durante los próximos meses se comprobará si esta armonización se cumple. Con las cuentas de 2020 en la mano, son decenas las empresas que prevén acudir al fondo de la SEPI, que ya cuenta con un buen número de solicitudes pendientes. El Gobierno, de hecho, no descarta ampliar la dotación inicial de este mecanismo, cifrada en 10.000 millones de euros.
La aerolínea Plus Ultra apenas representa el 5% del total de los préstamos repartidos por el Fondo de Solvencia para Empresas Estratégicas de la SEPI. Pero teniendo en cuenta su facturación (94 millones) en las últimas cuentas declaradas a 31 de enero de 2020, el rescate de 53 millones equivale a más de la mitad de sus ingresos.
Plus Ultra ya constituía una empresa en crisis antes de llegar la pandemia. De hecho, nunca había registrado sus cuentas en positivo y arrastraba una deuda de más de diez de millones en su último balance. De no ser por un préstamo participativo llegado desde un banco panameño relacionado con el accionariado venezolano de la aerolínea, estaría en causa de disolución, según la auditora de sus cuentas.
Antes de pedir el rescate a la SEPI, Plus Ultra acudió a la banca privada y esta rechazó concederle cualquier tipo de financiación al considerar que había riesgo de impago, a pesar del respaldo del 70% del aval del ICO para grandes empresas. A pesar de todos estos hechos y de su escasa relevancia en el sector aéreo ha sido considerada estratégica.