ABC (Galicia)

ACS ofrece 10.000 millones por el negocio de autopistas de Atlantia

▶ El grupo pretende crear un gigante de las concesione­s tras vender su división industrial

- GUILLERMO GINÉS MADRID

Tal y como había advertido en los últimos días, ACS se suma a la puja por Autostrade per l´Italia (ASPI), la principal concesiona­ria de carreteras de peaje en el país transalpin­o. El grupo de infraestru­cturas español ha remitido a Atlantia, propietari­a de la compañía, una carta en la que asegura que estaría dispuesto a ofrecer 10.000 millones de euros por la concesiona­ria.

La compañía española pretende potenciar con esta operación su red de autopistas, que ya fortaleció en 2018 con la adquisició­n del 50% menos una acción de Abertis. El resto del capital social lo maneja Atlantia, que en un principio estuvo dispuesta a ‘comerse’ a la firma española en solitario.

La buena convivenci­a entre ambas empresas en el capital de la concesiona­ria es una de las razones que ha empujado a ACS a pujar por ASPI, según la misiva remitida a Atlantia, a la que ha tenido acceso ‘Financial Times’. «Dada la estrecha relación entre nuestros grupos tras la exitosa adquisició­n conjunta de Abertis, ACS ha estado siguiendo la situación de ASPI durante los últimos meses y creemos que es un activo muy interesant­e que encaja perfectame­nte en la estrategia a largo plazo de ACS», reza la carta, escrita por Florentino Pérez.

ACS no es, sin embargo, el único interesado en la división de Atlantia. La semana pasada, un grupo liderado por el banco de inversión italiano Cassa

El presidente de ACS, Florentino Pérez

Depositi e Prestiti (CDP) y en el que están presentes gestoras como Blackstone y Macquarie también mostraron su interés.

«Damos la bienvenida a la oferta de ACS, que es muy superior a la oferta hecha por CDP y sus socios», dijo a Reuters Jonathan Amouyal, socio de TCI Advisory, que posee el 10% de Atlantia. La compañía italiana tiene previsto reunirse en los próximos días para analizar las ofertas recibidas por su filial de autopistas.

Pérez ya confirmó al inicio de esta semana en una reunión con analistas su intención de crear un gran grupo de infraestru­cturas tras desprender­se de un paquete importante de su división industrial, Cobra, que acaba de ser traspasada a la multinacio­nal francesa Vinci por 5.000 millones.

No obstante, el directivo aclaró que cualquier movimiento respecto a ASPI tendrá que contar siempre «con los deseos del Gobierno italiano», ya que es el primer interesado en adquirir las autopistas transalpin­as tras un acuerdo que obligó a Atlantia, que posee el 88% de la concesiona­ria, a ponerlas en venta tras el derrumbe de un puente en Génova en el verano de 2018.

Es por ello que en su primer tanteo el presidente de ACS ha planteado la posibilida­d de entrar en la empresa como socio del Ejecutivo italiano o junto a otros accionista­s relevantes, en caso de que Atlantia rechace la última oferta enviada por el Gobierno que encabeza actualment­e Mario Draghi, como ha hecho en numerosas ocasiones en los últimos meses.

Aun así, Florentino Pérez admitió en el mencionado encuentro que ya está barajando otras ofertas encaminada­s a la creación de este gran grupo de infraestru­cturas si finalmente la operación no llega a buen puerto. «Si es con nuestros amigos italianos, encantados: si no, lo haremos con otros interesado­s», afirmó en este evento.

La crisis derivada de la pandemia es de tal magnitud que ha derribado mitos y nos ha obligado a modificar comportami­entos de honda raigambre. No me refiero a que no podamos movernos o, mejor, que lo hagamos de una manera espasmódic­a, en medio de confinamie­ntos erráticos y no siempre explicable­s. Tampoco pensaba hablarle de cosas como el teletrabaj­o o la reducción de los viajes profesiona­les. No, quería comentarle la obligada apostasía europea de sus sacrosanto­s principios de estabilida­d. Ya nadie se acuerda, y quienes lo hacen no pueden reprimir una sonrisa irritante de condescend­encia, que la UE había elevado a la categoría de dogmas unos principios básicos de comportami­ento de las cuentas públicas con el loable objetivo de garantizar la estabilida­d del euro. Aunque los países ‘sospechoso­s’ éramos los del Sur –Italia, Grecia, Portugal y España– lo cierto es que fueron la orgullosa Francia y la severa Alemania quienes primero se saltaron los límites.

Luego volvió la ortodoxia y ha aguantado con no pocos sobresalto­s hasta la llegada de la pandemia que ha provocado su explosión descontrol­ada. Europa se olvida de las exigencias de austeridad y control de déficits y deuda, al menos en 2020 y 2021. Puede que también se vea obligada a hacerlo en 2022. Pero llegará el 23 y habrá que presentar un plan de consolidac­ión. No quiero ni pensar lo que sucederá entonces, cuando nos obliguen a reducir dos o tres puntos de deuda sobre PIB cada año. Los ajustes en los gastos y las subidas de impuestos serán tan grandes que derribarán gobiernos y solivianta­rán a los ciudadanos.

Mientras tanto, además de no tener corsés, parece que vamos a tener ayudas. Unas ayudas que llegarán tras cumplir algunos compromiso­s previos a su aprobación y otros anteriores a su liquidació­n. Para que eso suceda hay que adoptar criterios objetivos y actuacione­s transparen­tes. Justo lo que no estamos haciendo. El caso de Plus Ultra y en menor medida algún otro como Air Europa, son el ejemplo perfecto de lo que no se debe hacer y pone en peligro la llegada de las ayudas europeas. La discrecion­alidad es peligrosa y la oscuridad es letal. Si el capitalism­o de amigotes es un cáncer peligroso, el capitalism­o de afinidades políticas es una actitud suicida. España va a recibir dinero y tendrá que asumir comportami­entos. ¿Cuáles? Pues justo los contrarios a los actuales.

Posibles socios La compañía abre la puerta a que la operación se complete con el apoyo del Gobierno italiano

 ?? IGNACIO GIL ??
IGNACIO GIL

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain