ABC (Galicia)

El Congreso aprueba la ley que eliminará las emisiones y los coches contaminan­tes

▶ PSOE y Podemos sacan el articulado adelante entre críticas por falta de diálogo

- ISABEL MIRANDA MADRID

España será un país libre de gases de efecto invernader­o en menos de tres décadas. El Congreso de los Diputados aprobó ayer el proyecto de la Ley de Cambio Climático, la primera de este tipo, por la que España será neutra en CO2 en 2050. Para ello dirá adiós a la venta de coches diésel y gasolina en 2040, modificará el sistema eléctrico para que sea 100% renovable y prohibirá la explotació­n de hidrocarbu­ros y la minería de uranio, entre otras medidas. Esta norma, poco a poco, cambiará la forma de vivir, de producir y hasta el paisaje de España.

El texto votado en comisión y al que ya solo queda su paso por el Senado (donde se prevén pocas modificaci­ones), salió adelante con 22 votos a favor, 5 en contra y 10 abstencion­es. PSOE y Unidas Podemos lograron el apoyo de Bildu, ERC, PNV, Ciudadanos y Teruel Existe, y la abstención del PP y Más País Verdes Equo. Solo votó en contra Vox.

Las evidencias científica­s, las obligacion­es europeas y la realidad económica y social han hecho que la Ley de Cambio Climático haya sido querida prácticame­nte por todos los partidos. La mayor parte de las formacione­s entendiero­n que la norma era necesaria, aunque las quejas hacia los dos partidos de Gobierno por su falta de diálogo al tramitarla fueron reiteradas por la mayoría. De hecho, ayer seguían sobre la mesa el 90% de las 750 enmiendas que se habían presentado.

La otra gran queja fue la falta de ambición de la ley. El objetivo fundamenta­l es que España sea ‘neutra’ en carbono en 2050, es decir, que reduzca al mínimo los gases responsabl­es del calentamie­nto global y los pocos que genere sean compensado­s o extraídos de la atmósfera, ya sea con sumideros naturales, como bosques, o por nuevas tecnología­s. Pero para lograrlo hay que marcar un objetivo intermedio, y esa cifra a 2030 ha estado bajo la lupa de partidos y asociacion­es ecologista­s todos estos meses, al considerar­la insuficien­te.

Tras la votación de ayer, la futura Ley de Cambio Climático establece:

Fija el recorte de las emisiones en el 23% respecto a lo que había en 1990. «[Estos objetivos]

Objetivos en 2030.

tienen en cuenta el punto de partida», aseguró el portavoz del PSOE, Germán Renau, ante las críticas por no acercar la cifra al 55% que marca la UE. Además, la ley también establece que en 2030 el sistema eléctrico tenga, al menos, un 74% de generación de origen renovable, y que su penetració­n en el consumo de energía final sea del 42%.

Estas cifras deberán ser revisadas al alza en 2023, según una enmienda introducid­a ayer. «Esto cierra el debate sobre la ambición», valoró Juan López de Uralde, diputado de Podemos y presidente de la Comisión parlamenta­ria. Para Más País Verdes Equo la ley es una «oportunida­d perdida». «Está bien que hagamos una revisión, pero no había ninguna excusa para no reevaluar el 23% de partida», dijo Inés Sabanés.

Fue una de las medidas más sonadas cuando la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, presentó la norma en 2018. En 2050 se espera lograr un parque de turismos y vehículos comerciale­s ligeros «sin emisiones directas de CO2». Para ello, se prevé que en 2040 dejen de venderse coches diésel,

Fin de coches diésel y gasolina.

gasolina e híbridos. Según ha quedado redactado, los vehículos deberán emitir «cero gramos» de dióxido de carbono, lo que a día de hoy limitaría las opciones a los eléctricos y a los de pila de hidrógeno.

Zonas de bajas emisiones en ciudad.

Las ciudades también se verán transforma­das. Los municipios de más de 50.000 habitantes, los territorio­s insulares y aquellos de más de 20.000 habitantes que tengan altos niveles de contaminac­ión tendrán que crear zonas como Madrid Central en los próximos tres años. Es decir, poblacione­s como Toledo, Gandía o Coslada deberán imponer restriccio­nes al tráfico, impulsar la electrific­ación de la red de transporte público o facilitar los desplazami­entos a pie y en bicicleta. Además, podrá haber criterios específico­s para mejorar la calidad del aire alrededor de centros escolares y sanitarios y para modificar este tipo de normativa una vez establecid­a será necesario un informe de la autonomía.

Ante la carestía actual, las gasolinera­s se verán obligadas a instalar puntos de carga eléctrica. Se crea un plan progresivo

Más puntos de recarga.

que comienza con las gasolinera­s de mayor volumen de venta. Así, las primeras deberán tener al menos una infraestru­ctura de recarga eléctrica de potencia igual o superior a 150 kW en un plazo de 21 meses.

Además de que el sistema eléctrico sea 100% renovable en 2050, la ley marca una reforma del sector que deberá presentars­e en un año. Además, el despliegue de las energías renovables deberá ser «compatible con la conservaci­ón del patrimonio natural y la adecuada ordenación territoria­l», introduce la norma, en parte para atender las reclamacio­nes de grupos ecologista­s, que han alertado de que algunos proyectos afectan a zonas de alto valor ecológico y paisajísti­co. Las eléctricas deberán «revertir parte de la riqueza que genera en el territorio».

Un 100% de renovables. Sin explotació­n de hidrocarbu­ros.

La ley acaba con la explotació­n de hidrocarbu­ros. No se otorgarán nuevos permisos en todo el territorio nacional ni para exploració­n, ni para investigac­ión, ni para explotació­n. En este veto también se incluye la fracturaci­ón hidráulica o ‘fracking’.

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El sistema eléctrico será 100% renovable en 2050, aunque deberá ser «compatible con la conservaci­ón natural»

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