El autor que se salió del Dogma
Aquel movimiento del cine Dogma con el que los eruditos se rompían la cabeza para ver el fondo de las cosas que no existían, es hoy historia. Poco queda en ‘Otra ronda’ de las diez normas que Thomas Vinterberg y Lars von Trier inventaron en 1995. «Nosotros queríamos desvestir al cine y ver la verdad desnuda. Reaccionamos contra el cine de los años 90, contra el sentido del ‘auteur’ y contra la mediocridad que había en la industria», contó el danés en estas páginas en 2019, en el que fue su último paso por España después de que la pandemia le haya obligado a presentar ‘Otra ronda’ de manera telemática.
Ahora, consagrado como el ‘auteur’ que rechazaba ser entonces, se echa en brazos del público con una aplaudida tragicomedia con la que aquellos que se deshacían en epítetos durante el ‘boom’ del Dogma tratarían de encasillarlo. Él sigue a lo suyo. Más vale brindar por el Oscar que encerrarse tras un
decálogo.
Thomas Vinterberg combinado de coctelera la comedia con la tragedia.
El desarrollo del argumento y de los personajes es minucioso, y las dosificaciones de animación y drama, perfectas, y todo se alegra y entristece, desde la cámara al interior de los actores, con la enorme lógica del ‘puntito’ que da el bebercio, lo cual obliga a una interpretación rica en matices y jugos, por no decir alcoholes, y especialmente destacada y señalada en Mads Mikkelsen, muy premiado por ella. Y que deja resaca es algo que podrá experimentar el espectador, aunque sea abstemio.