Control migratorio y de los refugiados
La incapacidad de Grecia para mantener sus fronteras cerradas al tráfico ilegal de personas obliga a la UE a subcontratar a Turquía para que contenga a los refugiados, lo que permite a Ankara utilizarlos como arma para presionar a la UE y al mismo tiempo erigirse como el protector de los inmigrantes que huyen de sus países con la esperanza de llegar a Europa. el control de las actividades religiosas de las comunidades musulmanas. La UETD, a la que el Gobierno turco financia generosamente, se dedica principalmente a alentar a los turcos que viven en Europa a que no se integren en la vida cultural y social de sus países de acogida para preservar sus raíces religiosas y nacionales.
Dentro de la OTAN
Por lo que respecta a la UE, el turco ha podido ver con satisfacción cómo su actitud en la reunión con Von der Leyen y Michel se ha transformado más en una disputa interna o un reflejo de la supuesta rivalidad entre los representantes de las dos instituciones europeas y que, aparte de reacciones más raciales como la del italiano Mario Draghi, no ha tenido consecuencias diplomáticas ni simbólicas para él. Ni siquiera se ha llamado a consultas al embajadir turco en Bruselas. La UE se encuentra en una situación en la que sigue necesitando a Turquía para evitar que la frontera griega no se colapse con otra oleada de refugiados o de inmigrantes irregulares que provocarían una nueva situación explosiva en algunos países. Por otro lado, la UE y la nueva administración estadounidense creen que la OTAN todavía necesita a Turquía para frenar a Rusia e Irán y hacen lo posible por mantenerla dentro de la alianza militar ya que en las dos orillas del Atlántico prefieren que no se aproxime demasiado a los gobiernos poco democráticos de Moscú y Pekín.