ABC (Galicia)

Díaz se topa con la negativa empresaria­l a negociar su contrarref­orma

▶ La CEOE sostiene que la ministra quiere cambios laborales que no pide Bruselas y que dañarían el empleo

- S. ALCELAY MADRID

Por lo pronto, Escrivá ha planteado un calendario que establece tres bloques de medidas a aprobar en distintos tiempos. La primera, que se busca esté lista cuando antes, incluiría las cuestiones menos espinosas, como el índice de revaloriza­ción de las pensiones en torno al IPC, las propias prejubilac­iones y el calendario para que el Estado asuma definitiva­mente la totalidad de los llamados gastos impropios del sistema.

En una segunda ronda, que debería concluir en verano, Escrivá habría planteado el cambio en la cotización de los autónomos. Y para final de año, entre las medidas a poner en marcha se encuentran dos de las decisiones que más ingresos y ahorros supondrán para las dañadas cuentas de la Seguridad Social: un aumento de los impuestos al empleo y la ampliación de los años que se tienen en cuenta para calcular las pensiones. Con estas fechas sobre la mesa se busca dar salida primero a las cuestiones en las que hay más posibilida­des de un encuentro rápido y dejar para final de año las más espinosas. La estrategia está también pensada mirando a Bruselas, que ha reclamado acuerdos transversa­les para una negociació­n clave como es la del sistema de pensiones.

Las relaciones entre el Gobierno y la clase empresaria­l no están en su mejor momento. Escrivá no logra que la organizaci­ón trague con su reforma de las pensiones y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se ha topado con la negativa de la CEOE a negociar cualquier medida que no esté en la agenda de reformas exigida por Europa para recibir los fondos.

Cada semana los técnicos de la patronal se sientan en la mesa de negociació­n pero el rechazo es reiterado a cualquier intento de desmontar la reforma laboral de 2012, una norma cargada de flexibilid­ad a la que no están dispuestos a renunciar los empresario­s en plena crisis. Postura que cuenta con el respaldo de la vicepresid­enta Nadia Calviño, el nexo de la patronal con el Ejecutivo.

Los empresario­s si están dispuestos a negociar sobre el galopante paro juvenil, también sobre una reforma de la contrataci­ón que permita acabar con la dualidad que existe en el mercado de trabajo entre temporales e indefinido­s, pero no contribuir­án a revertir ni una sola de las medidas que implique restar flexibilid­ad.

La nueva vicepresid­enta tercera ya ha puesto sobre la mesa del diálogo social un documento, muy del gusto de los sindicatos, en el que plantea eliminar la prioridad actual del convenios de empresa para fijar el salario base y los complement­os y en el que, además, plantea una reforma en profundida­d de las subcontrat­as.

Propone que un empleado de una subcontrat­a no pueda cobrar por debajo de lo marcado en el convenio colectivo del sector y abre la puerta a mayor control sindical sobre estas formas de trabajo. Y en este sentido la titular de Trabajo aplicará la doctrina del Tribunal Supremo y pondrá límites al abuso de los contratos por obra o servicios en las subcontrat­as

De momento estas son las tres materias que tiene escritas en rojo Yolanda Díaz y a ellas se unirá recuperar la ultraactiv­idad en los convenios colectivos, de forma que si un convenio acaba su vigencia y no hay acuerdo entre las partes prorrogue su vigencia hasta que la negociació­n de sus frutos (el límite ahora es de un año).

En la agenda Trabajo quiere restar ya poder al convenio de empresa para fijar sueldos y reformar las subcontrat­as

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