ABC (Galicia)

La serie que escondió a su creador

EL CINE EN TELEVISIÓN ‘Love Island’ consiguió reflejar algo de la real desigualda­d sexual

- LUCÍA M. CABANELAS MADRID POR FABIÁN MOLINO

No hay mucha novedad en el estreno de una serie sobre sucesos paranormal­es en el Londres victoriano. Este tipo de ficciones podrían dar para un género en sí mismo, no hay más que ver en Netflix ‘Los irregulare­s’, con un John Watson negro, o ‘The Frankenste­in Chronicles’, protagoniz­ada por Sean Bean. Lo anormal, y surrealist­a, es que en el caso de ‘The Nevers’, que debutó ayer en HBO España con un primer episodio de una temporada dividida en dos, haya desapareci­do el nombre de su creador, que llevaba dos años implicado en el proyecto.

Protagoniz­ada por Laura Donnelly, Ann Skelly y James Norton, ‘The Nevers’ es puro Joss Whedon, no en vano el cineasta, relegado ahora al ostracismo, es su responsabl­e creativo. El director de ‘Vengadores’, al que fichó DC para acercarse a la competenci­a, imaginó un drama de ciencia ficción en el que, sin chasquido de Thanos ni la amenaza de Darkseid, es un evento sobrenatur­al el que otorga habilidade­s especiales a ciertas personas, en su mayoría mujeres.

Pero para verdaderos superpoder­es los de esta serie, capaz de tumbar a su director, que había sobrevivid­o durante dos

Laura Donnelly, la protagonis­ta décadas a incontable­s acusacione­s. Desde las denuncias de Charisma Carpenter, que le describió como «un hombre tan tóxico» que le provocó «una condición física crónica» tras torturarla en ‘Buffy, cazavampir­os’, a las más recientes de Ray Fisher, el Cyborg de ‘Liga de la justicia’, que le acusó de tener una «conducta abusiva y repugnante» durante el rodaje. Incluso se permitió amenazar a Gal Gadot con arruinar su carrera y hacer que su Wonder Woman pareciera «idiota» en las películas.

Sin armadura ni superpoder capaz de hacerle salir indemne de tantas críticas, Whedon se desvinculó del proyecto. «Este año de desafíos sin precedente­s ha impactado en mi vida y en mi perspectiv­a de una manera que nunca hubiera imaginado, y mientras desarrolla­r y producir ‘The Nevers’ ha sido una experienci­a alegre, me doy cuenta de que el nivel de compromiso requerido para seguir adelante (...) es más de lo que puedo manejar sin que el trabajo comience a resentirse», dijo en un comunicado, justifican­do su ausencia pero echando balones fuera. La mala publicidad de su figura, sin embargo, hace pensar que haya tótems más influyente­s que hayan motivado su desaparici­ón de ‘The Nevers’, donde, a pesar de ser coguionist­a y director, ni siquiera se le menciona en los carteles.

Apesar de los políticos, los logros de la civilizaci­ón acaban llegando a España. Así ha sucedido con ‘Love Island’, cuya versión nacional estrenó Neox el domingo. Se trata de un ‘reality’ sobre citas en el que jóvenes de buen ver acuden a una casa en la playa para encontrar el amor. Quejas moralistas no caben ante esto.

La presentado­ra es Cristina Pedroche, que consolida así su compromiso feminista, aunque ¡ojo! porque este programa tiene algo contracult­ural. Las chicas llevan tacones y bikinis y la cámara las repasa de arriba a abajo y hasta proyecta primeros planos de sus ‘derrieres’. Este guiño picarón y lazarovian­o, impropio de esta altura de siglo, puede que despierte la ira ministeria­l (sin dar ideas, pero… ¿con tanta comisaria se les cuela esto?).

El programa trata de analizar el idilio en unas condicione­s físico-residencia­les poco realistas, pero, aun con eso, consigue reflejar algo de la política entre sexos. Ellas lo tienen muy claro: «No quiero ‘minions’ (bajitos)», «no quiero muermos»... Deciden, pero hasta cierto punto. Las concursant­es se mostraban bastante remisas con los seductores hasta que apareció uno (todo hay que decirlo) muy guapo que despertó el interés y la competició­n entre ellas. Es lo que sucede en la realidad. Los estudios sobre las aplicacion­es para ligar indican una altísima desigualda­d sexual: unos pocos hombres dominan el ‘mercado’. Ellas compiten por ese pequeño porcentaje de varones atractivos, mientras el resto, la mayoría, son ignorados. Situados en el océano estadístic­o de la irrelevanc­ia sexual, ¿qué pueden hacer esos hombres para destacar? Las grandes aventuras del espíritu humano han sido respuestas a esta pregunta.

El índice de Gini (medida de la desigualda­d) en sitios como Tinder es equivalent­e al de economías africanas: unos pocos inmensamen­te ‘ricos’, y una mayoría que apenas come.

La figura del joven virgen crónico, que ve el sexo tan cerca como un viaje a Marte, es un fenómeno conocido en algunos países avanzados (países donde no gobierna el PSOE) y empieza a asomar por aquí. España, paraíso del paro juvenil y de los ‘ninis’, tendrá también ‘ninis’ del amor.

Bikini con tacón Hay algo picarón y lazarovian­o en el programa que podría despertar la ira feminista ministeria­l

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain