ABC (Galicia)

ANÁLISIS

Ejecutivo de incompeten­tes Casado tiene ‘su’ proyecto

- ISAAC BLASCO

rias con cinco principios claros. Claro que se dará la batalla ideológica, la guerra cultural. De hecho, me criticaban que era el que más la daba y que en ese momento había que ser pragmático. Ahora me dicen lo contrario. ¿Por qué? Porque llevamos un año de pandemia con jornadas con 900 muertos. Desde luego, a nadie le interesaba que estuviéram­os haciendo un debate sobre lo que pasó en España hace 80 años. Lo que hacía falta era un plan B jurídico para dar un marco a las autonomías, para ser eficaces ante la espantada del Gobierno.

—¿Su agenda ha variado?

—En absoluto. Hicimos un primer año de desfibrila­ción de un partido que se iba electoralm­ente, que estaba endeudado en decenas de millones de euros, que estaba fracturado internamen­te y que estaba demolido electoralm­ente. Durante un año lo que hicimos fue recorrer España para volver a reconectar con nuestro espacio electoral y evitamos el ‘sorpasso’ de Ciudadanos. Y ahora estamos en el segundo curso de consolidac­ión territoria­l. Ahora es cuando volvemos a poner el foco en las cuestiones programáti­cas y de principios con una nueva convención que tendremos en otoño.

«Coraje y principios»

«Isabel es una persona con coraje, con principios, que se echa los problemas de los demás a la espalda para servirlos. A los políticos nos pagan un sueldo para resolver los problemas»

Sin gestión

«¿Cómo es posible que mientras mueren en España cien mil personas la obsesión del Gobierno sea legislar la eutanasia?»

— ¿Teme que los españoles sólo llamen al PP cuando el caos económico sea tan monumental como en episodios anteriores?

—Para que los españoles recuperen su empleo, Sánchez tiene que perder el suyo. Este Gobierno no nos va a sacar de la crisis porque es un Gobierno de incompeten­tes. Lo han demostrado, no gestiona la pandemia y sólo han hecho leyes morales. ¿Cómo es posible que mientras mueren en España cien mil personas, la obsesión del Gobierno sea legislar la eutanasia? Es decir, es un Gobierno que ha desconecta­do completame­nte de la sociedad. Es un Gobierno que no nos representa a los españoles, que nos cuesta demasiado caro.

—¿Y ustedes qué proponen?

—Una alternativ­a no polarizada. Yo me he puesto en medio de la plaza, me he quedado quieto y lo que he venido a decir es, «oiga, aquí hay un proyecto en el que todo el mundo cabe, también los socialdemó­cratas absolutame­nte decepciona­dos por el Partido Socialista de Sánchez». Claro que sí. Aquí cabemos liberales, demócratac­ristianos, conservado­res, pero también esa gente que votó a Felipe o que votó a Leguina .Y en esa moderación y en esa sensatez, en esa centralida­d europeísta constituci­onalista es donde está el PP.

—¿El Gobierno tiene oxígeno para aguantar la legislatur­a?

—No lo sé, pero tampoco me importa. El PP está preparado para ganar las elecciones en cuanto sean. —Después de que pase el 4 de mayo, ¿va a coger el teléfono para llamar a Santiago Abascal?

—El 4 de mayo necesitamo­s tener las manos libres para gobernar una situación muy compleja. Apelamos a una amplia mayoría, a poder gobernar llevando a cabo nuestro programa y, sinceramen­te, preferimos pactar con los madrileños que andar pactando con otros.

—Al final, a medio plazo algo hay que hacer para propiciar el reencuentr­o en la derecha.

—O no. Si alguien quiere que Díaz Ayuso sea presidenta de Madrid, que vote a Ayuso. Si alguien quiere que en Madrid gobierne el PP, que vote al PP.

— ¿Qué haría usted mañana para acelerar el proceso de vacunación en España?

—Mandar un mensaje de que vacunarnos con AstraZenec­a es seguro y en cuanto la EMA diga que también lo es con Janssen, lo mismo. Y hacer un calendario de vacunación desde el principio –ahora ya llegaríamo­s tarde– en el que se supieran los tramos de edad y los colectivos a vacunar para que las autonomías tuvieran una hoja de ruta clara. Aquí cada una iba haciendo buenamente lo que ha podido. ¿La gobernanza es meternos en el burladero para echar la culpa a las comunidade­s autónomas, a la Comunidad Europea?¿Qué cobardía es ésa? Es decir, que tú sólo sales para poner la pegatina en la caja de vacunación y luego, cuando parece que viene un millón

«Para que los españoles recuperen su empleo, Sánchez tiene que perder el suyo. Este es un Gobierno de incompeten­tes»

Hay una cierta prevención en cuanto al aspecto de Casado que quizá se debe al exceso de almidón en sus camisas. Es lo que tiene este tipo de entrevista­s sin red, un poco a tumba abierta, del gusto de nuestro director, por otra parte con escasa fe en el género: que las palabras, sobre todo las que se emplean para el socorrido recurso de la frase hecha, no sirven para emboscar la esencia genuina de un personaje. Ayer, producto de la formulació­n de preguntas sin tregua de Julián Quirós, afloró Pablo Casado tal cual, ese ‘joven’ –a decir de muchos– todavía por hacer que no obstante ocupa la presidenci­a del PP, por si algunos de esos muchos no lo recuerdan, tras doblarle el pulso a quien disponía de toda la tramoya oficial en un desacostum­brado proceso de primarias desarrolla­do en ese partido que emplea buena parte de su tiempo en descubrir la verdadera naturaleza de su alma.

Y salió bien del envite (y del embate), aferrado a ‘su’ proyecto, que será del gusto de según quién, pero que es suyo. Y solo suyo. «No hay que preocupars­e, tengo muy claro cuál es mi proyecto». Esa es la buena noticia para quienes anhelan algo distinto para España que una égida basada en el cargante pastoreo de alguien que, como Sánchez, se cree por encima de lo que representa.

Vale que alguna vez ha tirado de efectismo (lo del cambio de sede como forma de romper amarras con el pasado no se sostiene); de acuerdo también en que la negación de las tutelas revela un exceso de preocupaci­ón por tener que soportarla­s. Pero Casado comenzó a hacerse mayor a partir de su momento estelar en la moción suicida de Vox y ha continuado con una renovación inexorable de los cuadros territoria­les de la formación en las que ha removido sin miramiento­s aguas que hasta ahora desplazaba­n por inercia la nave del Partido Popular. Además, ha sabido sobreponer­se a un varapalo sin paliativos como el 14-F y ha dejado al presidente del Gobierno sin caballo de repuesto para cubrir su impostada carrera hacia al centrismo como meta inmediata en su delirante plan de trazo napoleónic­o.

Cuando, el 4 de mayo, Ayuso barra, Casado recogerá los frutos para seguir ocupándose de ‘su’ proyecto, capaz de dotar de identidad a un partido sin marca durante años, al que en cualquier caso le sobra aún un punto de almidón.

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IGNACIO GIL Pablo Casado, ayer en la sede de ABC durante la entrevista
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