ANÁLISIS
Torpedos contra Gabilondo
Agrupación Socialista Madrileña, Federación Socialista Madrileña, Partido Socialista de Madrid… al margen de su denominación a lo largo del tiempo, siempre fue un núcleo clave de poder interno para el socialismo a nivel nacional. Y también un campo de minas, escenario habitual de la guerra de guerrillas entre familias del partido. La historia se repite. Pero, a diferencia de otras épocas y otros dirigentes, Pedro Sánchez ha optado por la estrategia de la apisonadora y ha intervenido de hecho el socialismo madrileño para convertirse en candidato ‘in pectore’ al 4-M. El presidente del Gobierno ha tomado el control de la campaña de Gabilondo, lanzando paracaidistas desde La Moncloa como Hana Jalloul, Irene Lozano, Pilar Llop o Reyes Maroto. La contraprogramación a su propio candidato cobró tintes surrealistas con el anuncio de la ministra María Jesús Montero de subir impuestos en Madrid, pese a que Gabilondo prometió no hacerlo. Quizás sea este uno de los mayores agujeros en su fuselaje electoral. El consejero madrileño de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, recibió el balón y solo tuvo que empujarlo para meter gol: «Imaginemos un hijo que hereda bienes y derechos por importe de 160.000 euros (incluyendo vivienda habitual). En la actualidad pagaría 22,21 euros en la Comunidad madrileña». Con el impuestazo socialista, ese hijo tendrá que abonar 2.220,90 euros por la herencia. ¿Cómo lo va a explicar Gabilondo? Ni siquiera el neolenguaje vacío de Sánchez sirve en este caso. Por mucho que se disfrace con palabras como «externalidad, gobernanza, resiliencia, conectividad, sostenible…». Otro dato: Antes de la bonificación (en 2006), se realizaban unas 4.000 donaciones al año y en 2019 se realizaron 50.554. Sea como sea Sánchez baja a la arena electoral junto a Iglesias con Díaz Ayuso como enemigo común. La batalla de Madrid tiene esta vez La Moncloa como telón de fondo, y no la Puerta del Sol.