ABC (Galicia)

Lluvia de tiroteos en Estados Unidos en lo que va de año

▶ En los cuatro meses de 2021 se han contabiliz­ado hasta 153 en toda la nación

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

EE.UU. se acuerda del problema que tiene con las armas –y el mundo mira a su primera potencia con extrañeza– cada vez que se produce una gran matanza indiscrimi­nada, de esas que tienen entre sus víctimas a ciudadanos que ‘pasaban por ahí’. En el último mes, desde la de Atlanta (Georgia) hasta la de Indianápol­is (Indiana), han sido media docena. Ocurrieron en un supermerca­do, en un centro de trabajo, en salones de masaje o en un barrio tranquilo de un suburbio. Esos episodios son solo la parte más visible de la lacra de la violencia con armas en EE.UU.

Desde aquella masacre de Atlanta –16 de marzo, ocho fallecidos– se han registrado 59 tiroteos múltiples, según los datos del Archivo sobre Violencia con Armas, que registra desde 2014 todos los incidentes con al menos cuatro heridos. Hasta ayer se contabiliz­aron 153 de estos tiroteos.

Pero hay mucha más violencia que no entra en esos registros. Por ejemplo, la que acabó el domingo con la vida de tres personas en Manor, un suburbio de Austin (Texas). La perpetró un exdetectiv­e del Shérif del condado de Travis, al que la policía persiguió durante 20 horas antes de darle captura.

O la de los cientos de personas que mueren cada día en incidentes relacionad­os con armas de fuego. En lo que va de año, han muerto más de 12.700 personas por este tipo de violencia. Casi seis mil son homicidios, o muertes accidental­es con armas. El resto, más de siete mil, suicidios.

Víctimas de raza negra

Muchas de estas muertes pasan apenas con una mención en medios locales. Quizá por eso durante el último año, en plena pandemia, hubo una sensación falsa de que la violencia por armas de fuego había bajado de intensidad. Los episodios con tiroteos indiscrimi­nados y múltiples muertes, los que copan los titulares, tuvieron muy poca presencia (quizá porque las restriccio­nes vaciaron los lugares en los que se suelen producir). Sin embargo, la violencia fue más prevalente que nunca. Casi 20.000 estadounid­enses murieron por disparos de otros el año pasado, más que en cualquier año de las últimas décadas. Y otros 24.000 se suicidaron con armas de fuego. El aumento de la violencia fue de la mano del crecimient­o disparado de armas: el año pasado se compraron 23 millones de ellas, un aumento del 64% respecto al año anterior, según el recuento que hace ‘The Washington Post’.

La violencia ha crecido en especial en las grandes ciudades y afecta de manera desproporc­ionada a grupos de población como los hombres jóvenes de la minoría negra. Los jóvenes negros de entre 15 y 34 años suponen un 2% de la población, pero son el 37% de las víctimas de homicidios con armas.

En lo que va de año, 12.700 ciudadanos han muerto por disparos de armas

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REUTERS Coches policiales en el último escenario de un tiroteo, en Luisiana
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