ABC (Galicia)

Como los hermanos Wright, pero en Marte: el histórico vuelo del Ingenuity

El pequeño dron se alzó tres metros durante 30 segundos, convirtién­dose en la primera aeronave dirigida en otro mundo

- JUDITH DE JORGE / PATRICIA BIOSCA MADRID

El 17 de diciembre de 1903 los hermanos Wright hicieron historia al volar por primera vez el primer prototipo de avión sobre las dunas de Kill Devil Hill, en Carolina del Norte. Segurament­e, ellos no imaginaron que 117 años después otro equipo de ingenieros, esta vez formado por cientos de personas, conseguirí­a lo mismo pero en un escenario bien diferente: el cráter Jezero, en Marte. Y que además este aparato llevaría literalmen­te un pequeño componente de su invención al Planeta Rojo. Este lunes la NASA confirmaba que Ingenuity, el pequeño helicópter­o de apenas 1,8 kilogramos de peso y 49 centímetro­s de altura, se alzaba durante 39,1 segundos a tres metros de altura, realizando con éxito la primera de las pruebas de las cinco que el vehículo tiene previsto llevar a cabo durante el próximo mes. Un pequeño vuelo para el Ingenuity, pero un enorme paso para la humanidad y la exploració­n espacial.

El experiment­o se producía a primera hora española de ayer, si bien los datos de telemetría y las primeras imágenes no llegaron hasta un par de horas después. «Ya podemos decir que un helicópter­o ha volado en otro planeta. Debemos celebrar este momento, ¡felicidade­s a todos!», decía a su equipo una exultante Mimi Aung, gerente de proyectos en el Laboratori­o de Propulsión a Reacción (JPL) después de confirmar el éxito de las maniobras.

El vídeo, de apenas un minuto y tomado desde las cámaras del rover Perseveran­ce, muestra cómo el Ingenuity hace un vuelo casi perfecto, en el que se eleva en unos pocos segundos hasta los tres metros de altura, gira 96 grados sobre sí mismo y después aterriza casi milimétric­amente en el mismo punto desde el que despegó, tal y como estaba previsto. En el momento en el que está en el aire, se puede ver cómo los vientos azotan al pequeño dron, moviéndolo un poco de forma horizontal. «El viento alcanzaba los 6 metros por segundo, lo que era lo esperado por el equipo. Pero el helicópter­o hizo todo lo que esperábamo­s», explicaban desde la NASA.

«No puedo dejar de verlo una y otra vez», afirmaba aún visiblemen­te emocionada la propia Aung horas después en rueda de prensa. Ella era la encargada de recordar que volar en Marte no es una tarea sencilla: «El planeta rojo tiene un tercio de la gravedad de nuestro planeta, y su atmósfera tiene menos del 1% de la densidad terrestre». Además, durante el día marciano, su superficie recibe solo la mitad de la cantidad de energía solar que nos llega a nosotros, y las temperatur­as nocturnas pueden descender hasta menos

130 grados Fahrenheit (menos 90 grados Celsius), lo que puede congelar y agrietar los componente­s eléctricos desprotegi­dos. Es por ello que los ya conocidos como «30 segundos de terror» que duraron las maniobras han sido todo un hito de la ingeniería y la exploració­n espacial. Aparte, se suma el inconvenie­nte de tener que enviar las instruccio­nes con mucha antelación, ya que el retraso en las comunicaci­ones impide que Ingenuity se dirija de forma directa, con un mando, y su vuelo no es observable desde la Tierra en tiempo real como un dron normal.

«Hasta ahora, este vuelo solo ha ido formando parte de las simulacion­es por ordenador. Pero, desde hoy, tenemos las imágenes reales de una aeronave surcando los cielos de Marte», afirmaba Havard Grip, piloto principal del Ingenuity.

Nuevos pasos

La proeza de la NASA no ha estado exenta de contratiem­pos. En un principio se fijó el vuelo a partir del 8 de abril, si bien la fecha oficial se retrasó tres días más. No obstante, durante las pruebas preliminar­es, se detectó un fallo en un temporizad­or de vigilancia, que se encarga de alertar de cualquier problema potencial, lo que volvió a posponer la fecha del primer vuelo a propulsión de una aeronave humana en otro mundo. Durante la última semana, los ingenieros se han afanado por encontrar soluciones, y decidieron ajustar la secuencia de comando de la Tierra, que no requiere modificar el software de control. Aún así, necesitaro­n de algunos días para comprobar que los equipos funcionaba­n. Pero, por fin, ayer la humanidad volvía a hacer historia.

Y la misión de Ingenuity no quedará ahí: las siguientes pruebas irán aumentando en dificultad, enviando comandos al dron para que se eleve a más altura o se desplace a las órdenes de los técnicos en la Tierra. «Vamos a poner a Ingenuity al límite de sus capacidade­s en las siguientes cuatro pruebas que llevaremos a cabo en las próximas semanas», sentenció Aung. Ahora, el siguiente paso será recibir y analizar todos los datos e imágenes de la prueba –incluidas fotos en alta resolución y a color toma

Aeródromo marciano La pista del Ingenuity ha sido bautizada como ‘Wright Brothers Field’

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