Lasso estrecha lazos con Duque en su primer viaje como presidente
▶ Los problemas en la frontera de Colombia con Ecuador, uno de los temas a considerar
co rutinario al confundir, aparentemente, su Taser –un arma paralizante no letal– con su pistola. Pero también por declaraciones que echan más gasolina al fuego, como la de la diputada demócrata Maxine Waters, que se acercó a Brooklyn Center el fin de semana para alentar a los manifestantes a que fueran «más beligerantes» y a incumplir el toque de queda. Después matizó sus palabras, pero eso no evitó una oleada de críticas de legisladores republicanos.
La tensión no era ayer exclusiva de Mineápolis. Las autoridades habían desplegado miembros de la Guardia Nacional en ciudades como Washington –escenario de fuertes disturbios el verano pasado– y Chicago, que sale de otro tragedia protagonizada por la policía, la muerte de un hispano de 13 años al que le dispararon después de soltar un arma con la que huía.
Guillermo Lasso ha elegido Colombia para su primera visita como presidente electo. Ha elegido este país no solo por la amistad que tiene con varios líderes conservadores, sino porque es tal vez la frontera más compleja que recibirá cuando asuma el cargo en mayo. Así lo dijo la víspera el propio Lasso, quien señaló que «este primer encuentro tiene como objetivo fortalecer las relaciones entre Colombia y Ecuador a través de un compromiso firme por la seguridad de nuestros habitantes».
En la Casa de Nariño, Lasso fue recibido por el presidente Iván Duque y la canciller Claudia Blum, con los que mantuvo una reunión que si bien no oficial, sí con peso bilateral y muy significativa
Además de los delicados asuntos de seguridad –los cultivos ilícitos colombianos han ido migrando a las regiones fronterizas de Carchí, Esmeraldas y Sucumbíos–, los temas de la reunión fueron el comercio bilateral, la crisis migratoria en la frontera que comparten ambos países y por la cual no solo pasan migrantes venezolanos sino también colombianos, y la frágil seguridad fronteriza ante el embate de grupos armados ilegales, una de las preocupaciones reiteradas de todos los líderes ecuatorianos.
Cabe recordar que, tras la crisis bilateral de 2008, cuando las fuerzas armadas colombianas traspasaron la frontera para bombardear y acabar con el campamento del líder de la guerrilla de las FARC, Raúl Reyes, suceso en tiempos del gobierno de Álvaro Uribe –amigo de Lasso y por quien ha declarado su admiración–, las relaciones bilaterales se complicaron, pero con la llegada de Moreno a la presidencia de Ecuador el Gobierno colombiano de entonces logró retomar su curso normal y de cercanía, que por ejempló sirvió para alojar conversaciones exploratorias de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en tiempos del mandatario colombiano Juan Manuel Santos. Esa relación fortalecida es la que recibe Lasso con beneplácito.
Alianzas y prioridades
Así, esta no fue simplemente una visita de cortesía, como la definió la cancillería colombiana, y tampoco una gira más de Guillermo Lasso por Colombia, como la realizada en 2018 de forma privada. El viaje es una clara señal de cuáles son las alianzas y prioridades internacionales del presidente electo: el fin del alineamiento de Ecuador con el llamado ‘eje bolivariano’, un giro a la derecha de mano de este banquero de Guayaquil hecho a pulso y muy creyente, conservador en sus ideas políticas, muy amigo de José María Aznar y de la dirigencia latinoamericana de derecha, a la que ahora se une ya no solo en calidad de aliado, sino de igual.