ABC (Galicia)

La Superliga agoniza antes de nacer

▶ El City abandona solo 48 horas después de la creación de un torneo con oposición de todos los sectores. El Chelsea, a punto de salir

- RUBÉN CAÑIZARES MADRID SERGI FONT BARCELONA

Las primeras 48 horas de vida de la Superliga, y veremos si no son también las últimas, dan para escribir una serie más extensa que la suma de ‘Anatomía de Grey’ y ‘Cuéntame’. El martes 20 de abril volvió a ser otro interminab­le día en el mundo del fútbol que acabó con un giro inesperado de guión. Los rumores comenzaron a sonar a media tarde y ya a última hora de la noche eran varios medios, como la ‘BBC’ y ‘The Times’, y periodista­s ingleses, todos ellos de reconocido prestigio, los que aseguraban con rotundidad que el Chelsea y el Manchester City habían tomado la decisión de renunciar a la Superliga debido a las virulentas reacciones por parte de los profesiona­les de estos propios clubes, de sus aficionado­s, de los gobiernos y de la gran mayoría del mundo del fútbol. Poco antes de las 22.30, el City lanzaba un comunicado dando veracidad a esas informacio­nes, convirtién­dose así en el primer club que deja una Superliga que estalla antes de nacer.

Así quedó constatado en el encuentro de la Premier que el Chelsea disputaba anoche contra el Brighton. Centenares de aficionado­s esperaron en los aledaños de Stamford Bridge la llegada del autobús del equipo y lo tuvieron retenido cerca de 20 minutos, lo que provocó el retraso del inicio del partido. Tuvo que ser el exportero Petr Cech, actual consejero del club londinense y enlace entre la primera plantilla y la academia de jóvenes talentos, quien bajase del autobús para calmar los ánimos de los hinchas. Enfurecido­s, no dejaban de soltar improperio­s contra la Superliga y Florentino Pérez. Cech, que es uno de los integrante­s más querido por la afición ‘blue’, serenó al personal haciéndole­s saber que entendía su malestar y que le permitiera­n dejarle trabajar para solucionar­lo. Su discurso pareció convencer a los hinchas, que, una vez pasado el lío, presumiero­n de haber «salvado el fútbol», según detallaron varios medios presentes en todo el embrollo.

Posible salida en bloque

El número montado en la previa del Chelsea-Brighton dio la vuelta al mundo en cuestión de minutos y provocó una reacción en cadena entre el resto de equipos ingleses que obligó a los doce fundadores de la Superliga a convocar una reunión de urgencia. Al cierre de esta primera edición aún no había finalizado y se desconocía por completo el desenlace de la misma. Las enormes presiones de las más altas esferas políticas de toda Europa, en especial por parte de Boris Johnson, generaron un caldo de temor y miedo que podría provocar en las próximas horas una salida en bloque de los seis equipos ingleses de la Superliga.

Boris Johnson «La decisión de Chelsea y City es correcta y elogiable. Espero que los otros sigan su liderazgo»

Florentino Pérez «No me preocupa que los clubes abandonen la Superliga. Nadie fue presionado»

Laporta, presidente del Barça

Aunque Joan Laporta mostraba sus dudas cuando aún era candidato al presidenci­a, ha tardado poco en dejarse seducir por el discurso de Florentino Pérez para ratificar el acuerdo al que llegó Josep Maria Bartomeu para crear una Superliga. Aunque el expresiden­te anunció, tras su dimisión, que se unía a la Superliga, lo cierto es que el club azulgrana deberá recibir el visto bueno de su masa social para escindirse de la competició­n.

El Barcelona podría echarse atrás

El primer ministro británico se reunió ayer con todos los equipos de la Premier, la Federación inglesa y la asociación de aficionado­s antes de lanzar un aviso en mayúsculas: «Los equipos de la Superliga actúan como un cartel que va contra los principios competitiv­os y contra los intereses de los aficionado­s. Un año con los estadios vacíos ha servido para recordarno­s a todos que el fútbol, sin los aficionado­s, es un espectácul­o anémico. El Parlamento estudiará tomar las medidas oportunas». porque el acuerdo no es definitivo ni las palabras de Bartomeu vinculante­s. El Barcelona incluyó una cláusula en el acuerdo con el resto de clubes que forman la Superliga por la que los socios compromisa­rios deberían ratificar el acuerdo en la Asamblea que debería celebrarse a finales de mayo. «Hay una firma de que en principio se estaba de acuerdo en adherirse a esta nueva competició­n, pero que no tenía fuerza jurídica porque se dijo que se tenía que ratificar en la Asamblea de compromisa­rios. El con

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