Díaz rescata la ultraactividad y frena el poder de la empresa para bajar sueldos
▶ La ministra plantea una derogación de la reforma laboral un día antes de reunirse con las autoridades comunitarias
La mesa de derogación de la reforma laboral sigue su curso bajo la atenta mirada de Bruselas. Aunque, lejos de las medidas de mayor flexibilidad que reclaman para nuestro mercado las autoridades comunitarias, las propuestas que llegan a los agentes sociales desde el Ministerio de Trabajo perseveran en otorgar un mayor poder de negociación a los convenios sectoriales a costa de los de empresa y limitar el poder de los empresarios para recortar los sueldos de sus plantillas. También plantea recuperar la ultraactividad de los convenios, una de los principales cambios que incluyó la reforma laboral de Rajoy en 2012.
Así figura en la nueva propuesta que el miércoles puso sobre la mesa el Gobierno, tan solo unas horas antes de que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, viajara a Bruselas para reunirse con el vicepresidente económico del Ejecutivo comunitario, Valdis Dombrovskis. Pese a lo ambicioso de la propuesta, la nueva oferta de Trabajo supone un paso atrás con respecto al planteamiento de hace un par de semanas, que buscaba dar preferencia al convenio colectivo sectorial sobre el de empresa en materias clave como los salarios. Ahora, el nuevo documento, al que ha tenido acceso ABC, devuelve los salarios al ámbito del convenio de empresa pero, eso sí, con límites claros para evitar recortes.
«En ningún caso, estos –por los salarios– podrán ser inferiores a los establecidos en los convenios sectoriales que resultasen de aplicación», propone el documento. La anterior redacción únicamente dejaba a los empresarios la «elección entre abono o la compensación de las horas extraordinarias», «el horario y la distribución del tiempo de trabajo, el régimen de trabajo a turnos y la planificación anual de las vacaciones». Ahora, también se recoge la obligación de la empresa de favorecer la «corresponsabilidad» y la «conciliación entre la vida laboral, familiar y personal» a través de los «planes de igualdad» que ha impulsado la nueva ley aprobada por Trabajo. Estos planes, matiza el documento, podrán ser «obligatorios o voluntarios» pero se especifica que en cualquier caso deberán «respetar lo previsto en el ámbito sectorial».
La otra gran novedad llega con la vigencia de los convenios, la denominada ultraactividad, limitada a un año por la reforma del Gobierno del PP. Antes de 2012 este mecanismo era una de las principales armas que tenían los sindicatos en las negociaciones con la empresa, ya que si el convenio llegaba a su fin y no se renovaba, permanecía vigente hasta que se firmaba el nuevo y lo hacía sin fecha de caducidad. Trabajo propone al diálogo social volver a las situación anterior a la reforma. En su oferta a empresarios y sindicatos especifica que, en caso de desacuerdo entre las partes y habiéndose agotado los plazos marcados de negociación, «se mantendrá la vigencia del convenio colectivo».
El planteamiento de Díaz incluye unos plazos similares a los actuales para el periodo de discusión entre trabajadores y empresa. En concreto, fija un plazo de un año a partir de la denuncia por alguna de las partes sin que se haya alcanzado un acuerdo para someterse a un arbitraje. La clave está en que si, agotado este procedimiento, sigue