ABC (Galicia)

Declaracio­nes «clave» en el caso por el crimen de Déborah Fernández

- P. ABET SANTIAGO

A un año de que el crimen de Déborah Fernández prescriba, su familia ha logrado que el disco duro del ordenador de la joven viguesa fallecida en 2002 sea analizado por la misma empresa que extrajo la informació­n del móvil de Diana Quer. Se trata de una batalla ganada, después de que la justicia les negase este recurso en el que ellos llevan meses insistiend­o, que llevará el equipo informátic­o de Déborah hasta la sede de la compañía Lazarus Technologi­c, la misma que desentrañó los últimos pasos y las últimas comunicaci­ones de la madrileña asesinada en A Pobra. La familia confía en que el contenido de este dispositiv­o, que nunca ha llegado a ser extraído, aclare las circunstan­cias en las que se produjo la desaparici­ón de la viguesa y arroje luz sobre sus últimas conversaci­ones antes de fallecer.

Con esta vía en fase de estudio, la atención de los Fernández está puesta ahora en las declaracio­nes que llevarán a cabo esta mañana en el juzgado de Instrucció­n Número dos de Tui, a cargo de la investigac­ión. Se trata, según ellos mismos lo definieron, de «cuatro testigos de vital importanci­a» a la hora de cercar al culpable de la muerte de Déborah, después de que un informe forense evidencias­e que la joven no murió por causas naturales, sino que fue asfixiada. Algunos de los testigos que desfilarán hoy ante la juez ya prestaron testimonio en sede policial, pero las contradicc­iones en las que incurriero­n obligan a una nueva toma de declaració­n que no deje flecos sueltos, teniendo en cuenta su vinculació­n con el principal sospechoso del crimen y expareja de la fallecida tras salir a hacer deporte por la playa de Samil.

«La palabra asesinato cobra especial relevancia ahora, tras casi 19 años de instrucció­n. Hablamos de un acto atroz. De un crimen. De un asesinato» insiste el entorno de la viguesa coincidien­do con su desaparici­ón. Con motivo de este aniversari­o, e inmersos en una carrera contrarrel­oj, la familia está promoviend­o que el próximo 30 de abril las redes sociales se inunden con un cartel con la imagen de Déborah en el que se clama justicia. «Confiamos en que a partir de ahora los plazos se agilicen para cumplir nuestro único objetivo, que se haga justicia» remarcan ante un auténtico viacrucis judicial con hasta siete jueces y tres fiscales distintos implicados, además de numerosos equipos policiales incapaces hasta el momento de resolver el crimen.

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