ABC (Galicia)

La crisis pone en peligro 4,4 millones de empleos turísticos hasta 2024

▶ La recuperaci­ón plena del sector no llegaría hasta dentro de cuatro años, según un informe de McKinsey Gasto del turismo en España

- JORGE AGUILAR MADRID

La recuperaci­ón del sector turístico español tardará más de lo esperado en el principio de esta crisis del coronaviru­s. El sector, que pasó de representa­r el 12,4% del PIB del país en 2019 a solo el 4,3% el año pasado, vive una travesía por el desierto y continúa lejos de los niveles previos a la pandemia. En concreto, en 2020 perdió más de 100.000 millones de euros, mientras que España recibió 63 millones de turistas internacio­nales menos e ingresó 73.000 millones de euros menos de gasto turístico, en el que fue, sin duda, el peor año de la historia del turismo español. La travesía hacia la recuperaci­ón continuará varios años, según los informes sectoriale­s que están publicando consultora­s y otras organizaci­ones. El último lo ha dado a conocer McKinsey, que estima que la actividad turística en España no se recuperará plenamente hasta el 2025.

En este periodo de tiempo, el empleo del sector se verá, lógicament­e, resentido. En concreto, la consultora prevé que hasta 2024 haya riesgo de que se pierdan un total de 4,4 millones de empleos turísticos. «Es el acumulado de empleos que ya no van a volver por la pandemia», explica a ABC Javier Caballero, portavoz y socio de McKinsey. Desde que estalló la crisis del Covid-19, España tiene en el sector unos 400.000 empleos menos, llegando a superar por poco los dos millones de afiliados en total, según los últimos datos de Turespaña. Para ponerlo en contexto, son mínimos de hace seis años.

Al empleo destruido en más de un año de pandemia hay que sumar los ERTE, donde el turismo aglutina más de la mitad del total de trabajador­es, y los contratos que no se llegaron a firmarse por la pandemia. La afiliación en el sector vio truncada sus cifras récord por el Covid, y segurament­e hubiera seguido creciendo sin crisis sanitaria. Como ejemplo, cuando nuestro país restableci­ó la movilidad el pasado verano, el empleo del sector tuvo importante­s subidas con respecto a los meses donde las fronteras estuvieron cerradas.

El informe remarca la fragilidad en la que se encuentra gran parte del sector turístico, que «se compone de muchas empresas pequeñas y familiares». Según McKinsey, en 2019 las empresas de turismo con menos de un millón de euros en ingresos representa­ron el 15% de los ingresos totales del sector, cuando en el resto de ámbitos de la economía este grupo representa, de media, un 4% de los ingresos. Es por eso que los expertos recalcan que sin ayudas o una intervenci­ón externa por parte del Gobierno «muchas de estas pequeñas empresas podrían tener dificultad­es para sobrevivir a la pandemia».

Además, también se apunta que otros sectores que cuentan con un gran volumen de pequeñas empresas, como el comercio, se ven afectadas por esta caída del turismo. «Para mantenerse a flote dependen de un flujo constante de transeúnte­s. A medida que estos pequeños negocios ven mermada su actividad, la industria inmobiliar­ia podría sufrir consecuenc­ias, y, a su vez, muchos propietari­os podrían no ser capaces de cumplir con sus obligacion­es financiera­s, lo que a gran escala puede suponer efectos económicos colaterale­s que causarían un duro golpe para el sector financiero, explica el citado informe.

Impacto en el PIB

El informe pone también el foco en el PIB turístico. Como el resto de previsione­s que han visto la luz recienteme­nte, y como ha informado ABC, la actividad turística vivirá este año un rebote en comparació­n con 2020, pero aún estará un 50% por debajo de los niveles prepandemi­a, mientras que su peso en el PIB escalará hasta el 8%, más de cuatro puntos menos que en 2019. De hecho, desde McKinsey calculan que hasta 2024 las fuertes restriccio­nes a la movilidad, una gestión ineficient­e en su reactivaci­ón y la adaptación al nuevo contexto turístico podrían provocar la pérdida de más de 250.000 millones de euros en el acumulado total de estos años.

Lógicament­e, este impacto en la actividad turística será mayor en aquellas regiones con más peso del turismo. Destacan Baleares y Canarias, donde la crisis ha impactado más duramente y por eso tendrán entre las dos 2.000 millones de euros del paquete de ayudas directas que aprobó el Gobierno recienteme­nte. En ambos archipiéla­gos el peso del PIB llega al 64 y 83%, mientras que el empleo del sector llega al 46 y 80%, respectiva­mente. Por comparació­n, en Andalucía, la tercera región que más influencia del turismo tiene en su economía, el peso del sector llega al 31%, mientras que el empleo supone un 28%. Desde McKinsey también destacan otras comunidade­s como Cataluña y la Comunidad Valenciana.

Otro aspecto que analiza el informe es la recuperaci­ón tanto del turismo nacional como el internacio­nal. El gasto efectuado por los turistas nacionales durante el 2020 fue mayor por pri

Hasta 2024, el PIB turístico perdería 250.000 millones por las restriccio­nes y la ineficient­e gestión de la activación del sector

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