La mayor dependencia al turismo de negocios y al transporte aéreo lastran la recuperación turística
El 15% de los ingresos del turismo proviene de empresas pequeñas que pueden tener dificultades
mera vez desde la crisis financiera de 2012. Las restricciones impuestas por los distintos países fueron la principal causa de este hecho. Tal es así que el gasto turístico tocó fondo, con niveles nunca vistos en la democracia, y tuvo que ser el turista nacional el que impulsara a duras penas al sector en sus horas más bajas.
La recuperación de los niveles de gasto previos a la pandemia tanto nacional como internacional será también lenta. El primero llegará en 2024 y se caracterizará por un fuerte rebote desde este mismo año. El gasto de los turistas extranjeros no se recuperará hasta 2025, aunque ya en 2024 superará las cifras aportadas por los españoles, según McKinsey.
Estas previsiones sobre la actividad y del gasto se basan en algunas claves que afectan a la velocidad de su recuperación. Así, la primera de ellas es el atractivo de los destinos turísticos nacionales. Según el informe, nuestro país debería aprovechar esta fortaleza para promocionarla a los turistas nacionales y compensar las pérdidas del turismo internacional.
Por el lado de las debilidades, la dependencia aérea, sobre todo de los archipiélagos, restan puntos a la recuperación, ya que todavía hay mucha preocupación en cuanto a su seguridad sanitaria. Además, la imagen de inseguridad y de un mejor equipamiento del sector sanitario lastran también a nuestro país, que cuenta con 30 camas de hospital por 10.000 habitantes, frente a otros destinos como Francia, con 65 camas, o Alemania, con 83. Por último, el mayor peso de los viajes de negocios, cuya recuperación será de las más lentas del sector, con respecto a otros países también influye de manera negativa.
Competitividad
Para el futuro más próximo, el informe destaca que las empresas deberán afrontar el reto de ser más competitivas en un entorno cambiante. «Deberán probar cosas que antes no se probaban», explica Javier Caballero. En ese sentido, la digitalización cobrará un papel importante, donde se espera que 5.000 millones del fondo europeo vayan destinados a la transformación digital de las pymes. «Las empresas podrían equiparse para beneficiarse de técnicas de analítica para rastrear y pronosticar el comportamiento de los viajeros detectando y prediciendo tendencias nuevas», señala.