Cualedro y Carballeda de Valdeorras también quedan en el escalón más alto de limitaciones
O Grove y A Pobra salen del nivel máximo, donde sí sigue Vilanova ▶
Estado tenía que pagar y el Gobierno central se negaba. Lo mismo defiende Castilla y León y acaban de darle la razón. En el caso de Galicia, esperamos que suceda lo mismo», aseveró ayer el vicepresidente Alfonso Rueda, en declaraciones a los medios durante un acto en el Monte do Gozo, informa Ep.
La reclamación de los 204 millones del IVA, junto con otra partida de 170 millones que Galicia entiende que también le debe el Estado por cumplir con los objetivos de déficit, fue uno de los principales caballos de batalla de la Xunta con el Gobierno central. Ahora desde Facenda se abre un nuevo frente. El conselleiro de Facenda criticó ayer en el Parlamento la «discrecionalidad» del Ejecutivo socialista a la hora de repartir los fondos para luchar contra el coronavirus. Martínez explicó que la explosión de la pandemia en marzo de 2020 trastocó las cuentas de la Comunidad gallega que, apurada por las obligaciones para atajar las consecuencias de la crisis sanitaria, tuvo que realizar un gasto extraordinario de 629 millones de euros, con un esfuerzo adicional de 90 millones por encima de los recursos recibidos. «Tuvimos que hacerlo porque los recursos que el Gobierno central repartió fueron insuficientes para los gastos que hubo que afrontar» insistió Martínez para afear la gestión de la Administración de Pedro Sánchez. Desde entonces, se quejó el popular, Galicia «sale penalizada en los repartos». Según los cálculos de Facenda a la Comunidad «tendría que tener» 660 millones más con base en los criterios de financiación autonómica. «Están recibiendo más recursos» aquellas comunidades que «tiene mayor renta per cápita», en detrimento del resto, protestó el conselleiro. Martínez llamó al «apoyo de todos los grupos» para demandar que se «corrija esta discriminación» en el próximo reparto de fondos europeos de reconstrucción en favor de la «cogobernanza».
Respuesta de la oposición
La oposición coincidió en censurar la falta de transparencia de la Xunta al respecto de un informe sobre el cierre del ejercicio 2020, que no fue facilitado a los grupos. La diputada Noa Presas (BNG) reprobó, además, que el conselleiro acuda al Parlamento a «llorar», pero «no hacen nada». De hecho, considera que la denuncia que hace el Gobierno gallego al Estado sobre el «oscurantismo» en los fondos europeos «es la misma» que se puede hacer a la Xunta. La diputada socialista Begoña Rodríguez Rumbo criticó que el Gobierno gallego «no está a la altura de la situación» para la gestión de la pandemia al «estar más preocupados de cuadrar las cuentas que por atender a las personas». Como muestra aseguró que en 2020 se dejaron sin gastar 135 millones de partidas de empleo.
El comité de expertos volvió a analizar en la tarde de ayer la evolución de la pandemia en los concellos gallegos, y de esta pormenorizada radiografía resultó un nuevo mapa de restricciones que entrarán en vigor en la medianoche de este jueves al viernes. En el nivel máximo de restricciones, aquel que implica el cierre perimetral de la localidad y la bajada de persianas en la hostelería, quedan los municipios de Cualedro, Carballeda de Valdeorras y Vilanova de Arousa, debido a sus preocupantes índices de contagios. Mejoran una posición, tras la evaluación de los técnicos, los concellos de O Grove y A Pobra do Caramiñal, que pasan a situarse un escalón por abajo, en nivel alto en cuanto a las limitaciones, junto a los municipios de Petín, Muíños, Verea, A Merca, Meira, Ribadumia, Marín, Meaño, Meis, Ponteareas, Salceda de Caselas, Ribeira, Cambre y Coristanco. En un estadio más relajado, en el denominado nivel medio, estarán Lobeira, Lobios, Verín, Cartelle, Xinzo de Limia, O Barco de Valdeorras, Trabada, Barreiros, Chantada, Cambados, Sanxenxo, Vilagarcía de Arousa, Poio, Cangas, Gondomar, O Porriño, Nigrán, Tui, Rianxo, Mesía, Carnota, Carral, A Laracha, Betanzos, Carballo, Ares y la ciudad de Vigo. El resto de localidades se mantienen en el nivel básico hasta una nueva revisión. Las decisiones del sanedrín de profesionales médicos dejan entrever el ligero repunte que desde hace días se vive en los hospitales gallegos, con una tendencia al alza contenida que obliga a monitotizar la situación a diario, pero que aún permite afirmar que Galicia está capeando bien el temporal de la cuarta ola. Con una situación epidemiológica que mejora, con mucho, la media española, prudencia y cautela siguen siendo el mantra del Gobierno gallego para que los contagios y la presión en las UCIS se mantengan a raya. Según los últimos datos publicados por el Sergas, son 46 los pacientes que están en cuidados críticos a causa del virus. En total, 220 ingresados en la red hospitalaria gallega, muy lejos de los más de 1.200 contabilizados en febrero de este año, en lo peor del pico de la tercera ola.
Mientras los casos activos de la enfermedas crecen poco a poco, hasta alcanzar los 3.022, el número de nuevos contagios cayó en el último registro del Sergas hasta los 127. Se trata de una cifra que rompe con la tendencia de las últimas jornadas, con un ritmo mantenido de 200 diarios. Y otra noticia alentadora más: una tasa de positividad del 2,46 por ciento que sigue siendo la más baja del país y reduce en mucho el 5 por ciento que la OMS fija como porcentaje para dar la pandemia por controlada.
Sin cambios en la hostelería
Con una incidencia acumulada a 7 días de 50 casos por 100.000 habitantes, y de 98 en el caso del cálculo a 14 días, no dar pasos en falso es la clave. De ahí que en la reunión de expertos de ayer por la tarde ni siquiera se abordase la posibilidad de dilatar el horario de apertura de los bares y las cafeterías desde las 9 horas actuales hasta las 23 de la que ya disfrutan los restaurantes. Se trataría, indican los profesionales, de un debate que por el momento no toca y para el que habrá que esperar a que los datos se estanquen o, incluso, desciendan.