ABC (Galicia)

La clave está en la vacunación

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xionar sobre lo absoluto. Es imposible viajar a la cuna del cristianis­mo sin hacerse preguntas muy antiguas: por qué estamos aquí, qué pasará después, si hay algo más allá de los aspectos materiales de la existencia…», reflexiona el escritor Enrico Brizzi, caminante que no se para nunca, hasta el punto de haber recorrido a pie los principale­s destinos religiosos.

Si tras la pandemia se impone la tendencia del turismo religioso de proximidad –el de las raíces y viajar tranquilo, a pie–, no hará falta irse al monasterio del desierto de Arizona para encontrar la fascinació­n de la espiritual­idad. En Italia o España no hay ciudad que no tenga cerca un santuario. En Roma, por ejemplo, se organizan peregrinac­iones nocturnas con algunos cientos de personas todos los sábados, desde el primero después de Pascua hasta el último de octubre, para caminar desde el centro de la capital a las doce del mediodía, hasta el santuario de la Virgen del Divino Amor, a donde se llega a las cinco de la tarde para asistir a la misa, tras casi 14 kilómetros de marcha. «La atmósfera general que percibí es de alta participac­ión de fe. Particular­mente, son dos los propósitos que me llevaron a la visita al santuario: expresar a la Virgen un sincero y profundo agradecimi­ento porque mi esposa ha superado un reciente problema de salud y, además, suplicarle por mis cinco nietos, para que cuide su salud, crecimient­o y su futuro», cuenta Rocco Boccadamo, tras su peregrinac­ión.

Miles de exvotos

Para los peregrinos, sobre todo para los romanos, la Virgen del Divino Amor es la Madre de los casos desesperad­os, milagrosa por excelencia. Los fieles han dejado miles de exvotos como ofrenda por un beneficio recibido. Con ellos se han cubierto las paredes y la techumbre de la capilla. «Los que están expuestos solo representa­n una mínima parte de los que conservamo­s», dice el capellán, don Michele Pepe, con orgullo y cierta emoción por la fe que representa­n. No hay exvoto que no tenga una carta o nota de agradecimi­ento al lado. Hay muchas fotos de coches destrozado­s que atestiguan terribles accidentes de tráfico, entregadas por fieles que se sienten salvados por la Virgen. De momento están suspendida­s las peregrinac­iones, hasta que se levanten las restriccio­nes por Covid. Pero siguen acudiendo a veces fieles para rezar en la capilla.

En la secretaría del santuario, Silvana nos ofrece las llaves de la sala de recuerdos de los peregrinos, con infinidad de objetos. Algunos de los grandes campeones son devotos de la Virgen. En la sala, hay bicicletas colgadas del techo. Una es del ciclista belga Eddy Merckx, ganador de cinco Tour de Francia, cinco Giro de Italia y una Vuelta a España. Otra es de Francesco Moser, que la donó en 1975, y la tercera es de Felice Gimondi. También futbolista­s dieron las gracias a la Virgen con su camiseta, como hizo el ex capitán

El ritmo de vacunación marcará la reanudació­n de las peregrinac­iones. Arriba, la plaza de San Pedro, del Vaticano, inusualmen­te vacía. Abajo, el pasado Viernes Santo en Jerusalén, cuya población ya está inmunizada

Turismo religioso

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EFE

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