Investigan un posible delito de Johnson en la financiación de las obras de su vivienda
▶El ‘premier’ británico, en apuros ante la acumulación de polémicas políticas a pesar de la significativa mejora en la situación de la pandemia
Al primer ministro británico, Boris Johnson, le crecen los enanos. Tras los escándalos provocados en los últimos días por su exasesor y mano derecha Dominic Cummings, así como por la revelación del diario ‘The Daily Mail’, citando a una fuente anónima, de que en octubre pasado supuestamente dijo que que preferiría ver los cuerpos de los fallecidos apilados por miles que someter a la población a un nuevo confinamiento para evitar la propagación del Covid19, ahora la Comisión Electoral británica ha anunciado que abrirá una investigación sobre la financiación de las obras de su apartamento en Downing Street.
Todo esto sucede a solo unos días de las elecciones locales del 6 de mayo y precisamente cuando más tranquilo podía estar el ‘premier’, ya que el Reino Unido se encuentra en un buen momento de la emergencia sanitaria, con los casos de coronavirus en mínimos desde el inicio de la pandemia y más de la mitad de su población vacunada.
La comisión, que entre otras tareas tiene asignada la de controlar la financiación de los partidos políticos, aseguró ayer en un comunicado que tiene motivos para creer que hay indicios de delito en la remodelación de la vivienda del primer ministro, en el número 11 de Downing Street, donde vive con su prometida, Carrie Symonds, y el bebé de once meses que tienen en común.
«Nuestra investigación determinará si las transacciones efectuadas para las obras del número 11 de Downing Street se ajustan al régimen regulado por esta comisión, y si fueron comunicadas del modo exigido», reza el texto, que asevera que los miembros de la Comisión tienen «motivos para creer que hay indicios razonables de que se cometieron uno o varios delitos».
Según la prensa local, la reforma, que estuvo a cargo de la reconocida diseñadora Lulu Tyle, favorita de la realeza, podría haber costado unas 200.000 libras esterlinas (unos 230.000 euros) y Johnson insistió durante su comparecencia en el Parlamento en que él mismo pagó la obra de su bolsillo, en lugar de recurrir a las donaciones de sus partidarios.
Multa o caso para la Policía
En caso de que la investigación encuentre pruebas suficientes de que Johnson cometió un delito, podría imponerle una multa de hasta 20.000 libras (23.000 euros) o dejar el asunto en manos de la Policía, según fuera la gravedad de sus hallazgos.
El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, dijo a los diputados que en la lujosa remodelación Boris Johnson y su novia habría incurrido en gastos excesivos, y puso como ejemplo la compra de papel para tapizar paredes cuyo costo es de 840 libras (960 euros aproximadamente) el rollo, mientras los británicos sufrían los estragos de la pandemia de Covid-19 que hasta el momento se ha cobrado la vida de casi 130.000 personas.
Starmer acusó al Gobierno de estar «sumido en la sordidez, el amiguismo y el escándalo» e insistió en presionar a Johnson para que dijera quién hizo el pago inicial de la reforma, es decir, si fue el partido o algún donante en concreto.
Cabe señalar que, por ley, el primer ministro británico tiene una asignación anual de 30.000 libras (poco más de 34.000 euros) financiada por los contribuyentes para mantener y amueblar su residencia oficial, pero cualquier gasto extra tiene que ser cubierto con su propio dinero y además tiene la obligación de declararlo.
«La respuesta es que he cubierto los costos», respondió Johnson, visiblemente
Las pesquisas Se busca averiguar si los donantes conservadores asumieron el coste de las obras en el apartamento
La oposición Starmer acusa al Gobierno de estar «sumido en la sordidez, el amiguismo y el escándalo»