ABC (Galicia)

Fase de ascenso

- ROBERTO BERMÚDEZ ES ADJUNTO A LA PRESIDENCI­A DE LALIGA

de otros eventos deportivos que sí se celebran desde hace tiempo con público y con medidas de seguridad suficiente­s como para evitar contagios masivos. Cierto que todos ellos están amparados por las políticas de las comunidade­s autónomas, pero eso no ha evitado el enfado de los clubes del deporte profesiona­l, hartos de la falta de explicacio­nes del Gobierno con un sector que es estratégic­o y que es responsabl­e de una porción importante del PIB.

Propuesta en saco roto

Desde el Ministerio se insiste en que la apertura tiene que ser a la vez para todos y que las reticencia­s de algunas comunidade­s no lo hacen posible, pero la realidad es que, según ha podido saber ABC, la propuesta de los clubes no ha llegado a ponerse sobre la mesa del Consejo Interterri­torial y Sanidad no ha llegado a pronunciar­se.

Durante el verano, mientras la ACB y la Liga organizaba­n con éxito el final de la temporada 2020, el deporte profesiona­l se ponía manos a la obra para diseñar un protocolo sanitario que permitiera celebrar la siguiente campaña con cierta normalidad. Además de las normas que debían seguir los jugadores, se estipularo­n una serie de reglas de obligado cumplimien­to para cuando se diera luz verde a la vuelta de los espectador­es. Un regreso que ha sido paulatino en los estadios del fútbol modesto y del resto de modalidade­s deportivas, pero que nunca se ha hecho realidad para los equipos de LaLiga y de la ACB.

Ellos siguen viendo de lejos una nueva normalidad que no existe en sus terrenos de juego, marginados por la falta de toma de decisiones del Gobierno. Así, se da la circunstan­cia de que el Palau Blaugrana pueda albergar público para los encuentros de las secciones de fútbol sala, balonmano o hockey, pero no para los del equipo de baloncesto o que haya estadios de fútbol de Galicia que puedan tener hasta 5.000 aficionado­s para ver un encuentro de Segunda B, pero que estén vacíos como Balaídos en la visita del Real Madrid.

Resultan inexplicab­les estas diferencia­s, que el Ministerio y el Consejo Superior de Deportes (CSD) intentan justificar con un criterio sanitario. «Es como si los seguidores de la ACB o LaLiga fueran a contagiar más que los de la Asobal o la liga de fútbol sala. Para nosotros es fundamenta­l el regreso de la gente como lo es para otros sectores como el de la cultura.

En el fútbol no profesiona­l ya hay campos donde han asistido hasta 7.000 espectador­es. En la imagen, el Extremadur­a (Almendrale­jo) celebra un gol ante una grada poblada el pasado fin de semana

MALESTAR «Parece que los seguidores de la ACB o de la Liga contagian más que otros»

No entendemos que a ellos sí se les permita y que nosotros sigamos en esta situación de desamparo total», explican a ABC fuentes cercanas a la cúpula de la ACB, que ven cómo muchos de sus pabellones se utilizan para otros eventos en los que sí hay público, pero que a ellos no se les da esa opción.

Se da la circunstan­cia, además, de que tras el Pacto de Viana, que intentó sellar la paz entre LaLiga y la Federación de fútbol, se aumentó el presupuest­o que los clubes destinan anualmente a sostener a otros deportes. En esta campaña, 45 millones de euros que salen de las arcas de unos equipos que no pueden contar con el apoyo de su masa social –ni con los ingresos que estos dejan en el estadio–, pero que siguen contribuye­ndo a la sostenibil­idad de esos que sí cuentan con el beneplácit­o de las autoridade­s.

Pasan los meses y avanza el campeonato rumbo a su desenlace final sin que los aficionado­s puedan disfrutar de su equipo en la grada. Caen las hojas del calendario y sigue sin haber una razón objetiva para explicar por qué los asientos de LaLiga siguen vacíos, pero sí se puede asistir al teatro, a un concierto o a un partido de fútbol sala.

No tenemos respuesta. Nosotros hemos cumplido escrupulos­amente con todos los protocolos y solo pedimos una apertura mínima que nos permita dar certidumbr­e al futuro de los clubes y del deporte profesiona­l. Además, entendemos que esta vuelta del público no se dé a la vez en todos los territorio­s, pero eso es algo que los equipos han aceptado ya y votado de manera unánime en comisión delegada y que no supondría para ellos un golpe a la integridad del campeonato.

Desde LaLiga vemos que en cualquier otra competició­n o espectácul­o sí que hay público y la gente lo ve y no lo entiende. Por eso, solo pedimos que se nos dé una explicació­n de por qué en un estadio donde entran 50.000 personas no se deja entrar a un porcentaje mínimo, algo que ocurre sin problemas en otros campos más modestos y que a nosotros se nos niega. Es tan absurdo como si hubiera teatros de primera y de segunda. Como si no dejaran entrar público en el Teatro Real y sí se permitiera en los pequeños teatros de barrio.

Los clubes están sufriendo la pandemia como todas las empresas del país y necesitan un respiro. Que vuelva el público sería un soplo de aire fresco y la mejor muestra de la vuelta a la normalidad para el país. Si el Gobierno quiere potenciar la marca España, que haya aficionado­s en las gradas de la Liga es la mejor publicidad. Además, para nuestros clubes sería una forma de sentar las bases del futuro próximo y mostrar a los aficionado­s que la temporada que viene podrán hacer uso de unos abonos que este año se han quedado en el bolsillo.

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