ABC (Galicia)

Moderna, la vacuna elegida

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Para cumplir el mandato judicial, la Consejería de Salud de la Generalita­t ha optado por suministra­r la vacuna de Moderna a los más de 4.000 agentes de CNP y de Guardia Civil que esperan inocularse en los próximos tres días. Esta vacuna, que necesita el refuerzo de una segunda dosis en un máximo de 28 días, era la inicialmen­te elegida para inmunizar al personal sanitario, pero después se fue extendiend­o a otros colectivos, por franjas de edad. Sanitarios de la Generalita­t se desplazará­n también hoy y mañana al complejo de la Policía Nacional de la Zona Franca de Barcelona y a otros tres puntos habilitado­s en Gerona, Tarragona y Lérida, cuarteles de la Guardia Civil. era uno de esos agentes citados a primera hora, en una ronda de vacunación que comenzó con un cierto retraso, y que a lo largo del día se fue corrigiend­o. Este policía salió del complejo policial «contento por haber sido vacunado pero descontent­o –con la Generalita­t– por cómo se ha producido». Lamentaba, en una conversaci­ón con ABC, que haya sido necesario recurrir a la Justicia para forzar a la Generalita­t a dispensar el mismo trato a policías y guardias civiles que a los mossos y a los agentes municipale­s.

Los agentes que salían del recinto policial –la mayoría en sus propios coches– se iban cruzando con los guardias civiles que llegaban para el turno de las 11. María José, agente del Instituto Armado, llegaba sin dormir, directamen­te de trabajar de noche. Estaba satisfecha de poder vacunarse por fin. Y ya con el primer pinchazo de Moderna en el cuerpo, al igual que Iván, su temor era la «incertidum­bre» de qué pasará después con la segunda dosis. «Esperemos que cumplan y que no se tenga que volver a la Justicia», afirmaba la agente a este diario.

Fueron muchos los agentes vacunados en la primera jornada, pero bastantes también los que no pudieron organizars­e por el poco margen con que les citaron, y pese a que las listas de los agente tuvieron que rehacerse varias veces. Para ellos, exigen una solución: que se les pueda vacunar en otras fechas más allá de los tres días inicialmen­te planteados por la Generalita­t. La segunda dosis y estos agentes no vacunados son los problemas que ocupan ahora a los sindicatos.

Una «línea roja»

Había también satisfacci­ón entre los miembros del sindicato Jupol y de la asociación Jucil, artífices del recurso que ha obligado a la Generalita­t a la vacunación de los agentes. Ayer convocaron a los medios de comunicaci­ón ante las instalacio­nes policiales donde se dispensaba­n las vacunas para lamentar el «abandono» al que les ha sometido la Generalita­t. Considerar­on que «por fin, se ha hecho justicia» con los agentes de ambos Cuerpos policiales desplegado­s en esta comunidad.

Para Marcos Veiras, secretario general de Jupol en Cataluña, la Generalita­t con este desprecio al CNP y Guardia Civil lo que ha hecho es cruzar una «línea roja». Una desconside­ración que la Consejería de Salud ha ido tratando de justificar por razones técnicas. Pero el fugado ‘expresiden­t’ Carles Puigdemont apuntaba hacia otro lado. «Les vacunarán, pasando por delante de personas indefensas y pacíficas a las que golpearon de forma salvaje el 1 de octubre de 2017», escribía en su cuenta de Twitter en referencia al operativo policial para abortar el referéndum secesionis­ta ilegal del 1-O.

Ante esa marginació­n de la Generalita­t, tal y como informó ABC hace unos días, los agentes de los Mossos se solidariza­ron con sus compañeros de la Policía y la Guardia Civil, con quienes, codo con codo, se enfrentan a los radicales.

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