Biden intenta salvar el veto republicano a su gasto faraónico
▶ Comienza una gira para explicar la necesidad de los cuatro billones en grandes obras públicas
Joe Biden tiene clara su apuesta sobre sus planes de gasto multimillonarios en infraestructuras y bienestar: que su popularidad arrincone a los republicanos, opuestos de forma frontal. El presidente de EE.UU. ha puesto esos dos planes, que suman más de cuatro billones de dólares en gasto durante una década, en el lugar prioritario de su agenda legislativa y buscará aprobarlos a la mayor rapidez, con o sin apoyos republicanos.
Podría ser un calco de lo ocurrido poco después de llegar a la Casa Blanca, cuando Biden impulsó un nuevo rescate económico para la pandemia de Covid-19, con una factura de 1,9 billones de dólares. Los republicanos lo consideraron excesivo y se opusieron con fuerza y Biden prefirió avanzar sin apoyos bipartidistas, solo con las mayorías exiguas de los demócratas en el Congreso, en lugar de rebajar sus pretensiones.
Ahora, todo apunta a que Biden seguirá la misma estrategia: tender la mano a los republicanos de forma pública para negociaciones, pero no moverse de manera significativa de sus posiciones iniciales. Y, de forma paralela, cultivar la popularidad de sus planes con una gira por varios estados. El viernes pasado estuvo en Georgia. Ayer, en Virginia, donde visitó un colegido de educación primaria y una universidad pública, para resaltar la inversión educativa –educación preinfantil y dos años de universidad gratuitos– en su plan. Mañana acudirá a Connecticut y, un día después, a Luisiana.
De boquilla
Biden tiene previsto también reunirse esta semana con legisladores de ambos partidos para proseguir las negociaciones. El presidente conoce bien el paño porque fue senador durante décadas y conocido por su capacidad de cultivar relaciones y amistades en la bancada de enfrente para llegar a acuerdos. Como vicepresidente, era un enviado habitual de Barack Obama en negociaciones con los republicanos.
Biden parece decidido ahora a dejar de lado ese espíritu bipartidista para priorizar su agenda legislativa. El presidente de EE.UU. ha repetido que está dispuesto a encontrar entendimientos
Posiciones muy alejadas Frente al gasto de 2,3 billones, los republicanos solo están dispuestos a conceder 568.000 millones
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