El fracaso de Iglesias y su huida amenazan el futuro de Podemos y reducen su influencia
▶ El relevo plantea varias incógnitas sobre los equilibrios entre Díaz y Podemos
El reto más complicado que tiene por delante Podemos es sobrevivir al hiperliderazgo de Pablo Iglesias, el máximo referente de un proyecto que se asienta sobre su figura e iba avanzando solo con aquellos que le eran leales. Será un proceso complicado. Y, al margen de este brete interno, el desafío que tiene la izquierda, más en general, será encontrar un actor que recupere el espacio como alternativa al PSOE si en Podemos no lo remontan.
El ‘adiós’ de Iglesias a la política sitúa al partido en un punto de inflexión. Podemos tendrá que superar una reorganización interna en un momento de debilidad a tres niveles: nacional, autonómico y municipal. Y trabajar para reflotar y evitar que otros puedan absorberlos. Casi ocurre con Más Madrid. Y una de las explicaciones más fáciles es porque Podemos siempre ha tenido problemas para consolidar estructura territorial –es una de las razones por las que la coalición electoral con Izquierda Unida les ayuda–.
Quitando a Iglesias a nivel nacional, sus liderazgos siempre han sido débiles y desconocidos. Luego, los que tenían peso se han desligado: Teresa Rodríguez, líder del sector anticapitalista y exdirigente en Andalucía que abandonó el partido; Íñigo Errejón dio portazo y fundó otro que hoy es rival.
«Creo que tenemos un gran equipo en el Gobierno liderado por Yolanda Díaz, creo que puede ser la próxima presidenta del Gobierno, creo que Isa Serra se ve acompañada por un equipo enormemente potente para hacer oposición (en la Comunidad de Madrid) y para aspirar a construir una alternativa a la ultraderecha en las próximas elecciones autonómicas y municipales», dijo Iglesias en la noche del martes; y añadió: «Van a tener que trabajar en una renovación necesaria».
Podemos y Unidas Podemos (UP) tendrán que esforzarse para no perder el espacio político que ocupan a la izquierda del PSOE. Algo que en Madrid ha ocurrido con Mónica García y Más Madrid. La ministra de Igualdad y número dos de Podemos, Irene Montero, se queda por el momento como máxima dirigente del partido. No es una decisión ni un plan, sino que su puesto en el Consejo Ciudadano, seguido de Iglesias, le hace de facto asumir ese rol orgánico mientras la formación se prepara para un proceso de renovación de la Secretaría General.
Díaz empieza a gestionar
Iglesias ya no será el ‘pepito grillo’ de Díaz desde fuera de La Moncloa. Montero y ella trabajarán mano a mano junto al resto de UP en el Gobierno, el grupo parlamentario y las diferentes formaciones que conforman la marca. Ambas mantienen una buena relación y se coordinarán sin mucha dificultad.
Sin embargo, la salida deja incógnitas sobre cómo gestionará Podemos los equilibrios con el Gobierno y con la vicepresidenta tercera. No está claro que vaya a ser Montero la próxima secretaria general. Por ejemplo, otro rostro del ‘pablismo’, y en quien Díaz y Montero también depositan confian
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