Resaca del 4-M Feijóo augura una «pérdida irreparable» para Sánchez tras su «derrota» en Madrid
La victoria de Isabel Díaz Ayuso en la noche del martes, con el correlativo descalabro del PSOE y el adiós de Pablo Iglesias, suscitó ayer lecturas, como no podía ser de otra forma, tremendamente divergentes. Alberto Núñez Feijóo leyó los resultados del 4-M como «una pérdida probablemente irreparable» para el Gobierno central; e interpretó que suponen un «anticipo (...) de lo que los españoles están esperando», disponer a nivel nacional de una «estabilidad» que se «empieza a ver» en «algunas comunidades autónomas». Se daba en Galicia y se suma Madrid.
A preguntas de los medios de comunicación, y tras felicitar nuevamente a Ayuso —ya le había dado la «enhorabuena» la víspera, a través de las redes sociales— por su «incuestionable e inapelable resultado», que «habla por sí solo», centró el meollo de su reflexión en el Gobierno, que acabó convirtiendo unos comicios regionales en una suerte de plebiscito por la exposición del presidente, Pedro Sánchez, y el hasta hace poco número dos, Pablo Iglesias —al que definió como «líder carismático» con retranca—. «El Gobierno central tiene que tomar nota, porque sus políticas han sido derrotadas en las urnas, con tanta contundencia que no valen explicaciones ni discursos» para poner excusas, apuntó al hilo del «peor» resultado del PSOE en Madrid en toda su historia y con el adiós de Iglesias aún en la retina. «Tiene que tomar nota, no puede seguir gestionando con tanta soberbia, tiene que hablar más con las comunidades autónomas, no se puede gestionar de forma sectaria un país. Y cuando los ciudadanos perciben que no se dialoga y se gestiona de forma sectaria, se castiga profundamente a los partidos y responsables políticos de esa gestión», abundó.
Feijóo desveló que ya el martes por la noche mantuvo una charla con Pablo Casado, presidente del PP, a quien supuso «pensando en cómo tiene que seguir y avanzar para que lo que ha ocurrido en Madrid pueda ocurrir en España, cuando el presidente Sánchez lo llame a las urnas». Casado se pudo haber visto en «una situación muy comprometida» de cosechar los resultados de Sánchez, razonó, pero ocurrió «lo contrario».
«El presidente Casado claramente ha obtenido un gran resultado porque su partido ha obtenido un excelente resultado (...). Está claro que el presidente Casado ha tenido una de sus mejores noches electorales». «No ha sido fácil en los dos últimos años, pero tanto los resultados electorales de Madrid como de Galicia son las dos mejores noches electorales que ha tenido el presidente Casado», apuntó. Sobre la gran triunfadora de la noche, Ayuso, convino en que «se ha convertido sin ninguna duda en una de las presidentas autonómicas más importantes de España».
«Derecha trumpista»
Ana Pontón, desde el Parlamento autonómico, insistió en las ideas que ya había remitido en el fragor de la noche electoral. Para la portavoz nacional del BNG los resultados del 4-M «lo que nos dejan es preocupación, porque avanza una derecha trumpista, heredera del franquismo, y que representa la visión más ultra del PP», disparó al serle requerida una valoración, en principio, más reposada, pero que no movió apenas una coma de lo dicho la víspera, cuando habló de «un Partido Popular cada vez más radicalizado» y de que «la extrema derecha afianza su peso».
Pontón no dejó de señalar la parte de culpa del «conjunto de la izquierda del Estado español», a la que recetó «una reflexión» al creer que se evidencia un «desgaste» y un «desencanto» entre el electorado, que, al menos en Madrid, «está mandando un mensaje muy claro». «Lo que tiene que hacer la izquierda es políticas de izquierda y cumplir sus compromisos», apuntó. También pidió al Gobierno «tomar nota», pero, en su caso, para que «no haga políticas liberales ni políticas de derecha».
De cualquier forma, rehuyó trazar cualquier comparación que rebase los límites de Madrid. «Sería un error hacer una lectura de extrapolación al conjunto del Estado español», apartó la idea. «Hay quien cree que el Estado español se reduce a Madrid. Si Galicia necesita algo es menos centralismo madrileño (...), algo letal para los intereses gallegos».
«No me gusta», admitió Gonzalo Caballero en Ponteareas sobre el bagaje del 4-M. «Necesitamos, lejos de los ex
Feijóo habló el martes con el presidente del PP, quien ya busca cómo repetir éxito en las generales