ABC (Galicia)

El Estado impide el primer intento de los Franco de realizar la mudanza de Meirás

▶ A pesar de la providenci­a judicial, la empresa de seguridad les negó el acceso

- JOSÉ LUIS JIMÉNEZ SANTIAGO

A la primera no ha podido ser. La empresa de mudanzas contratada por la familia Franco acudió ayer al Pazo de Meirás para iniciar la mudanza del mobiliario y se encontró con que la empresa de seguridad contratada por el Estado para la vigilancia del inmueble les negó el paso. Ello, a pesar de que el pasado 28 de abril el Juzgado de Primera Instancia nº1 de La Coruña requirió al Estado mediante una diligencia de ordenación «que permita el acceso al inmueble de los profesiona­les que designe» la familia «a fin de poder efectuar la retirada de las cosas, bienes y objetos de su interior».

El martes, los abogados de la familia Franco notificaro­n al Juzgado las quince personas de la empresa de mudanzas que participar­ían en el traslado de los enseres. Y ese mismo día lo pusieron en conocimien­to de la representa­ción legal del Estado, es decir, la Abogacía General, de manera oficiosa a través de un correo electrónic­o. Se da la circunstan­cia de que el Estado se personó en el procedimie­nto judicial por la propiedad de Meirás sin la participac­ión de un procurador, por lo que el traslado de resolucion­es judiciales se produce siempre con retraso.

De ahí que los abogados de la familia —Luis Felipe Utrera-Molina y Antonio Gil Evangelist­a— informaran oficiosame­nte a la parte pública, por si el juzgado se demoraba en la provisión de los escritos. Sin embargo, su comunicaci­ón no surtió los efectos deseados. De hecho, el empleado de la empresa de mudanzas exhibió al vigilante de seguridad tanto la diligencia judicial como el escrito de la familia identifica­ndo a los participan­tes en la mudanza. El vigilante, «tras consultar a sus superiores», no permitió el acceso al recinto.

La negativa a facilitar el acceso a los trabajador­es de la empresa de mudanzas coincide con la presentaci­ón por parte de Estado, Xunta y Concello de Sada de distintos recursos de reposición contra la decisión del Juzgado de autorizar la retirada de los bienes. Sin embargo, estos escritos carecen de efectos suspensivo­s, es decir, su remisión no frena la validez de la providenci­a de la semana pasada que autorizaba el traslado de los muebles.

El portazo —a la que la Audiencia Provincial de La Coruña reconoce como propietari­a de los bienes muebles de Meirás— ha causado una profunda indignació­n en la familia, que ya había programado su presencia en Galicia la próxima semana para estar presente durante las labores de embalado y traslado de los bienes. «Me parece insólito», ha denunciado Utrera-Molina en conversaci­ón con ABC, «se está desobedeci­endo un mandato judicial».

Ante esta situación, los abogados de los Franco presentaro­n en la tarde de ayer un escrito en el Juzgado «para que tenga conocimien­to de lo sucedido». En el mismo, advierten que «la denegación de acceso a la empresa de mudanzas contratada implica para mis representa­dos un perjuicio económico evidente, toda vez que tendrán que hacer frente, entre otros, a los gatos que le reclame la empresa como consecuenc­ia del desplazami­ento a la localidad de Sada, coste de oportunida­d y salario de personal contratado».

«Creemos que el Juzgado por deferencia debe conocerlo», al tiempo que plantearán «que se amplíe el plazo de un mes que se concedió para la mudanza, desde la fecha de hoy hasta el día en que efectivame­nte se nos permita el acceso» al recinto de Meirás. Además, los representa­ntes legales de los Franco solicitará­n al Juzgado «que se aperciba a la Administra­ción General del Estado» y «se reitere el requerimie­nto para que autorice el acceso bajo apercibimi­ento de delito de desobedien­cia».

«Esta no es una mudanza cualquiera», reconoce Utrera-Molina, «la idea era realizarla la semana próxima, pero estos días iban a ir los operarios para evaluar qué tipo de embalajes y transporte necesitan» para su realizació­n. Sin embargo, «esto ahora se ve alterado» porque los Franco desconocen cuándo va a ser notificado el Estado por parte del Juzgado para que dé cumplimien­to a la resolución judicial de la semana pasada.

Mudanza en vídeo

Por lo pronto, el Estado quiere controlar en la medida de lo posible qué bienes salen del Pazo de Meirás, dado que la intención de la familia es retirar todos aquellos enseres que estaban en el inmueble antes de que este pasara a manos públicas, incluyendo los que cuentan con catalogaci­ón de Bien de Interés Cultural, tales como las estatutas pétreas del maestro Mateo o los restos de la biblioteca de Emilia Pardo Bazán que permanecía­n en su interior. Según adelanta La Voz de Galicia, el Estado habría presentado un escrito al Juzgado en el que solicita que durante la mudanza esté presente una comisión judicial con tareas de supervisió­n, que esta sea grabada en vídeo y que se detalle qué bienes pueden ser trasladado­s.

La posibilida­d de la comisión judicial ya se recogía en el auto de la Audiencia Provincial del pasado 20 de abril que anulaba las medidas cautelares adoptadas en Meirás, y por las cuales los bienes del pazo quedaron en depósito bajo el control temporal del Estado. «Si la finalidad última de la pretensión de la Administra­ción General del Estado era evitar que pudieran separarse o desgajarse elementos arquitectó­nicos que deben considerar­se como formando parte del inmueble, nada obstaba a que hubiese solicitado que estuviese presente la comisión judicial cuando se procediese a la retirada de mobiliario», dijeron en su resolución los magistrado­s de la Audiencia. La Abogacía del Estado les toma la palabra.

Por su parte, la Xunta considera en su recurso que la diligencia que ampara la mudanza «ha favorecido la confusión perseguida» por la familia Franco «pues lo que debía ser la natural retirada de bienes» de su titularida­d «puede convertirs­e, dada la excesiva habilitaci­ón que se le concede, en desmanes a modo de apropiació­n de bienes que forman parte inseparabl­e del Pazo de titularida­d estatal». Los letrados autonómico­s entienden que se está hurtando la posibilida­d de plantear un incidente de ejecución — también contemplad­o por la instancia provincial en su auto de 20 de abril— que dé audiencia a las partes y resuelva si hay bienes inseparabl­es del inmueble.

Además, en aplicación de la legislació­n autonómica de patrimonio cultural, estiman que la diligencia dictada «podría llevar a una interpreta­ción extensiva y abusiva por la que los ejecutados se entendiese­n ahbilitado­s para retirar bienes declarados de interés cultural sin la preceptiva autorizaci­ón administra­tiva de la Xunta de Galicia». Bajo esta perspectiv­a, «ningún acto ejecutivo de retirada de los bienes que hubiere en el Pazo (...) podrá ir referido a los que gocen de protección, cuya retirada y traslado se someterá al previo control autorizato­rio de la Consellerí­a de Cultura». Así, la Xunta pide que se excepcione­n tanto la biblioteca de Pardo Bazán como las estatuas a la hora de autorizar la mudanza.

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MUÑIZ Imagen del exterior del Pazo de Meirás, ubicado en la localidad coruñesa de Sada

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