ABC (Galicia)

«Los domingos se echa en falta el color y el ruido»

- JOSÉ CARLOS CARABIAS MONTMELÓ

La vida pandémica impone situacione­s como ésta. Fernando Alonso, al otro lado de una pantalla de ordenador, fondo Alpine, el piloto con unos auriculare­s XXL, gorra de su marca de ropa, protegido por la mascarilla... Casi un enmascarad­o azul en el circuito de Cataluña que acude a la mesa redonda privada con representa­ción española en la que participa ABC. Parece un Alonso relajado, sin estrés en este su regreso a la Fórmula 1 en el que quiere disfrutar y, si puede, ganar a partir de 2022, cuando este deporte cambiará de registro y normativa para tratar de igualar a los equipos y dotarlo de la emoción perdida. Es el Gran Premio de España en Montmeló y el asturiano lo siente de una manera especial. Sin público, pero emocionado de competir en su país.

—¿Cómo se encuentra del accidente de bici? ¿El injerto en la mandíbula ya olvidado?

—Bien, bien. Estoy bien. Tampoco es algo que me guste mucho comentar, ni creo que tenga ningún impacto en mi forma de conducción y en las carreras. Tengo dolores, sí, en la boca, en los cambios de temperatur­a, en los cambios de presión. Lo lógico cuando alguien tiene una placa. Me afecta al preparar la comida, en la manera que me alimento. También me di un golpe en la rodilla, en el hombro, que no requiriero­n cirugía, pero sí rehabilita­ción.

—Todavía le duran las secuelas del accidente...

—Igual es la primera semana en la que no tengo dolores al hacer nada. Hasta ahora sí los tuve. Eso no implica que no pueda frenar fuerte, que no pueda girar a la derecha o a la izquierda. Para conducir no hace falta comentar nada de esto, pero para hacer una vida normal sí se nota. Ahora se puede decir que casi casi estoy al cien por cien.

—Después de su accidente, ¿le ha cogido más miedo a las bicis o a los coches?

—No ha cambiado nada, ni con las bicis ni con los coches. La primera vez que me subí en la bici después del golpe, en los test de Bahréin, había pasado casi un mes del accidente. Hacía mucho viento y sí que sentí un poco de miedo. Pero bueno, a los pocos kilómetros ya me sentía normal. Las últimas semanas estuve montando en bici con normalidad, sin ningún pensamient­o extra.

—¿Cree que algún día será posible la convivenci­a entre los usuarios de la bicicleta y los coches?

–Como ciclista me he sentido siempre seguro, no he tenido nunca miedo ni nada parecido, tampoco después del accidente. Sí noto que como conductor tengo mayor respeto a los ciclistas cuando me cruzo con ellos. Quien no ha estado nunca en una bicicleta en la carretera, no sabe bien lo que siente

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