Errata es escribir berberecho con v, no un estacazo fiscal en 30 palabras
Nadia Calviño, en una comparecencia en el Congreso tras otra, que detallan el estacazo fiscal que el Gobierno se proponía dar a los contribuyentes, así, sin anestesia y sin haberlo anunciado antes en las Cortes. Bien podría haberlo hecho el día del pianista, por ejemplo. Hubiera sido el momento ideal para que Sánchez anunciara que antes de la «errata» una familia con ingresos de 24.000 euros en la que solo trabaja uno de los cónyuges pagaba 75,23 euros en la declaración del IRPF, y después de la «errata» pagaría 966,15 euros. Fue una pena que esta ‘gratísima’ noticia para los españoles no hubiera llegado bajo los sones del Himno a la Alegría que el pianista interpretó el primer día que se anunció el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que ‘Mi persona’ ha presentado ya seis veces (ayer la última ante el Rey) sin que los españoles sepan oficialmente nada del mismo.
Así que es probable que el documento contenga más erratas de las que los ciudadanos se irán enterando cuando salten a los periódicos porque a alguien, en Bruselas, le han llamado la atención. Sea como fuere, el Gobierno ha decidido exprimir impositivamente a los españoles, a los que pretende tener pagando desde que se levanten hasta que se acuesten. Lo último, y esto no parece una errata, es cobrar por circular en las autovías. Y para apuntalar el nuevo hachazo ha echado mano de la enorme pedagogía, formato ‘Crónicas de un pueblo’, del director de la DGT, Pere Navarro, que justifica los peajes en que «usted cuando va en tren, no va gratis, ¿a que no?», y por eso las carreteras las tienen que pagar y mantener quienes las utilicen «y no las abuelitas que no tienen coche». ¿Otra vez las abuelitas como contra-ejemplo? Hombre, Navarro, la diferencia es que en el tren pagas para que te lleven y te traigan... Mira, como a él en el coche oficial con chófer que le costean todos los ciudadanos. lguien debería estudiar, si puede estudiarse, cómo ha evolucionado el votante que se fue del PP a C’s y ahora retorna. ¿Piensa lo mismo? ¿Ha cambiado esa persona en su pasar de Rajoy a Rivera y de Rivera a Casado?
Escribo Casado aunque se haya votado a Ayuso o Feijóo, porque de Casado es el PP y suyo es el viraje al centro, que tan abruptamente empezó y va cogiendo velocidad. ¿No parece el PP a veces un C’s con pulseritas?
Por eso la victoria de Ayuso ha provocado un regocijo liberalio expresado en fórmulas como ‘modelo Ayuso’, ‘modelo liberal’ o ‘sociedad abierta’, biensonantes pero de significado poco claro.
Este relanzamienzo liberal se apoya en dos reclamos para coger fuerza. Uno es el ‘echar a Sánchez’, propósito loable, pero expresado como una urgencia tan inaplazable como irreflexiva. Echar a Sánchez, bien, pero, ¿algún cambio respecto a quienes dictan a Sánchez?
El otro es la gestión del Covid. Un gravísimo corto plazo que ha aupado a Ayuso permitiéndole al PP recuperar su eterno atributo de gestión (frente a la gobernanza PSOE).
Pero el Covid a la vez funciona como velo. Parece lejano lo que nos preocupaba antes: la unidad nacional, el Estado autonómico, la deuda, la integración en la UE, lo cultural…. Ahora todo es Covid y ‘liberalismo covidiano’ (contradictorio), aunque todo lo anterior persiste, envuelto en la pandemia: el mudo TC, el cambalache autonómico, o la imposición tecnocrática de ideología y depauperación (peajes y resiliencias varias). El Covid provoca a la vez amnesia y aceleración.
La campaña de Madrid ha sido fratricida y atroz, pero de un modo emocional y epidérmico. No es verdad que estuviesen en juego dos modelos de sociedad. Era mentira. Un maximalismo de eslogan. Los modelos son muy similares. ¿Qué diferencia realmente a Ayuso de Casado y a Casado de Sánchez?
Parecen, más que nunca, responder a la división del mundo que hizo Chesterton entre progresistas y conservadores: el negocio de los primeros es cometer errores; el de los segundos, evitar que se corrijan.
Echar a Sánchez y la pandemia aplazan debates ideológicos profundos
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