La carta de Nuria en ABC, cuarenta años después del asesinato de su padre a manos de ETA, explica muchas cosas
Seamos sinceros: la Comunidad de Madrid es un invento de la España de las autonomías para cuadrar el puzle de la Transición. Esto fue Castilla de toda la vida y Castilla la Nueva para los de nuestra generación. Desde 1978 somos una autonomía de aquella manera.
A partir de ahí, varias claves:
1.– En Madrid no se vota por cuestiones territoriales, identitarias, nacionalistas o lingüísticas. Se vota en clave nacional.
2.– En esta nuestra Comunidad la gente vota por trabajar, por la educación concertada y especial, por las mentiras y por los impuestos.
3.– ¿A quién se le ocurre que Rufián marque la política fiscal en España? ¿Estamos locos?
4.– Madrid no se olvida de la plaza de la República Dominicana o de la de los Delfines, de Claudio Coello, de la Cruz Verde, del Puente de Vallecas, de Príncipe de Vergara o de López de Hoyos. Por eso se vomita ante cualquier premio de Grande-Marlaska a los asesinos etarras. Y todavía algún genio saca al ministro del Interior como gancho electoral para apoyar a Ángel Gabilondo.
No se le ocurre ni al que asó la manteca.
Así y de muchas formas más se explica lo que pasó el 4-M. Ni Franco ni Hitler han tenido nada que ver. La gente se ha hartado de mentiras e impuestos tras el Consejo de Ministros, de chulazos con moño y de un macarra vestido de ministro.
La prueba del nueve: la carta que Nuria Beatriz firmó anteayer en ABC (pág. 23) dirigida a su padre, Manuel Rodríguez Taboada, guardia real asesinado por Henry Parot hace cuarenta años.
La ‘votancia’ no soporta tres cosas: que se la insulte, que se la menosprecie y que se la mienta. Y menos aún que se la escupa a la cara, cada viernes, premiando a etarras asesinos cerquita de casa.
Por todo eso vota la gente al menos en Madrid. Que no busquen fascistas. Es mucho más fácil: se llama dignidad.
P. D.: Y otra clave: la empatía. Ni ‘Su Sanchidad’ ni el ‘Machito Alfa’ visitaron una morgue, una UCI o una residencia de ancianos con miles de muertos a diario. Lo que no sé es si fue por marketing o por cobardes. Lo que sí sé es que eso no se olvida.