Un pique empresarial en las redes sociales
La rivalidad entre Renfe y la SNCF viene de lejos, pese a que ambas empresas han colaborado en varios proyectos internacionales. Incluso el presidente de Renfe, Isaías Táboas, llegó a afirmar que el tren de su rival no era rentable. Pero ahora que ambos operadores están presentes en el corredor más rentable del AVE, el Madrid-Barcelona, la competición se espera encarnizada.
El viernes, tras producirse el viaje inaugural de Ouigo, Renfe mandó un mensaje a través de Twitter a su rival en el que aseguraba que no se lo iba a «poner fácil». «Jugar solo durante 80 años puede ser aburrido», contestó rápidamente la francesa, que siempre ha defendido su carácter digital. Renfe no se quedó atrás y lanzó una pulla a su rival al afirmar en un último mensaje que «ahora el juego hay que llevarlo a Francia también».
Lyon-Montpellier y, en una segunda fase, París-Lyon, la más rentable de todas (como lo es la de Madrid-Barcelona). Además, se encuentra muy atento a las posibles licitaciones que se produzcan en servicios de obligación pública (osp).
Homologación de trenes
Fuentes de Renfe destacan la complejidad que entraña su desembarco en el país galo, donde esperan poder operar a finales de 2021. Y hacen referencia a las «trabas» que está poniendo SNCF. «La principal dificultad que ponen es la homologación de los trenes para llegar hasta París desde Lyon», explican en la compañía pública.
Lo cierto es que Francia ha cuidado con especial mimo las rutas desde París, a las que ha dejado para una fase más avanzada de la liberalización. Además, el país galo ha decidido que solo una empresa compita en las líneas regionales. Dado que SNCF ha asegurado que pujará por fuerza por estos recorridos, esto dificulta la entrada de competidores foráneos en estos trazados.
«SNCF es una Francia dentro de Francia», explican fuentes conocedoras del proceso de liberalización ferroviaria, que destacan asimismo la «dificultad» que van a tener los operadores como Renfe para competir en el país vecino. Además de la española, la italiana Trenitalia –que también operará a partir de 2022 en la ruta entre Madrid y Barcelona– ha mostrado su interés por competir en el país galo, donde SNCF además de actuar como operador también se encarga de administrar las infraestructuras ferroviarias. Es decir, es una especie de Adif.