Critica la «presión» que recae en los jueces y no asegura que vaya a seguir la desescalada
Feijóo, «tranquilo» al remitir hoy las medidas antiCovid al TSXG ▶
algunas que apelan directamente a la condición de Lores como alcalde. Por ejemplo, en su artículo 153 se recoge que «si estuvieran acabadas las obras sin licencia, comunicación previa u orden de ejecución, o incumpliendo las condiciones señaladas en las mismas, la persona titular de la alcaldía, dentro del plazo de seis años, a contar desde la total terminación de las obras, incoará expediente de reposición de la legalidad».
De nuevo, el expediente no hace referencia a que se realizara a instancia del regidor —y dueño de la casa— ningún trámite para regularizar la ausencia de licencia de primera ocupación hasta que su mujer lo solicitó en agosto, en paralelo a las obras de la piscina. Aprovechando este trámite, Pedrós Cuadrillero notificó al Concello ligeras modificaciones en la vivienda respecto a su planeamiento original, que los técnicos municipales despacharon sin más al entender que se trataba de «modificaciones no sustanciales», que no alteraron la superficie construida ni el presupuesto de la obra.
Cumplir con la legalidad
«No es una cuestión baladí. Tener una licencia de primera ocupación no es que tengas un papel», que lo acredita; «lo que quiere decir es que tú cumples con la legalidad», advierte Anselmo Villanueva, presidente de la delegación de Pontevedra del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia. El acto administrativo correspondiente, insiste, «es el único que acredita que [el inmueble] cumple con los requisitos exigidos para ser destinado a un uso residencial. Por ende, que tienes un edificio que cumple con la legalidad». «A veces la gente desiste de solicitar esta licencia (...) porque lo que implicaría sería hacer un modificado de proyecto o (...) recoger en unos planos el estado final de obra. Eso pasa muchas veces». Otro motivo, más «habitual» en el pasado, y que reprueba, era ahorrarse determinados desembolsos.
«Deberíamos hacer todo lo posible» para obtener la licencia, suma el profesor Jesús Conde, coordinador del área de urbanismo en la Universidade da Coruña. «No tendrías todo en orden», añade. Sin embargo, apunta que, en casos donde tan solo falta este trámite, «de facto los ayuntamientos no están realmente entrando a considerar esa cuestión». Su colega Juan Raposo, profesor de Derecho especializado en urbanismo, es tajante: «Esos incumplimientos deben ser controlados por la Administración. No se puede dejar al arbitrio del particular». Y denuncia, sobre el papel de los concellos: «Creo que hay cierta inacción, o bien por carencia de técnicos o bien por una cierta dejación de funciones y una abdicación de las mismas». Subraya que una persona que habita un inmueble, sin licencia de primera ocupación, se halla en «situación de precariedad» y con «una cierta inseguridad jurídica», insiste. ABC intentó recabar la versión del alcalde de Pontevedra, pero no fue posible obtenerla.
Galicia, como el resto de España, ya mira al estado de alarma por el retrovisor. La primera noche fue tranquila. Incidentes aislados, pero ninguno grave: algún botellón y varias fiestas en pisos. El problema, según insistió ayer Alberto Núñez Feijóo, es que el Gobierno ha propiciado un caos jurídico. «Vamos a convertir al Tribunal Supremo en un juzgado de guardia», lamentó en una entrevista concedida a Radio Galega. «España no merece esta situación jurídica y los jueces no merecen estar sometidos a esta presión y esta obligación de interpretar la situación epidemiológica de cada comunidad autónoma y hacer casarla con el ordenamiento jurídico. El ordenamiento jurídico no se improvisa, es el que es».
Hoy, confirmó, la Xunta pedirá la «ratificación» de las nuevas medidas antiCovid, anunciadas el jueves y publicadas el viernes en el DOG, al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). El presidente dijo estar «tranquilo», porque «si los jueces confían en el sistema sanitario público, creo que podemos sacar adelante» las disposiciones, dado que «tienen el marchamo y el visto y place de 35 profesionales» que conforman el comité clínico, el mismo que ha avalado todas las resoluciones «en los últimos 13 meses». Ya el pasado verano, recordó, Galicia se convirtió en la primera comunidad que cerró toda una comarca, la Mariña lucense, y contó con luz verde del TSXG. Por tanto, cree que las medidas activadas al decaer el estado de alarma «merecen la ratificación del Tribunal Superior», pero es el TSXG «el que ha de tomar la decisión definitiva». Entiende que pueden recibir el ‘ok’ todas sus propuestas, incluida la más controvertida: prohibir reuniones de no convivientes de 1 a 6 de la madrugada. Tras recordar que nos hallamos en un «período de transición», y que esto obliga a ser «prudentes», apuntó que
«si dentro de un mes la situación epidemiológica sigue estando controlada, probablemente esa medida los jueces la puedan revisar».
Hostelería
Tampoco quiso lanzar las campanas al vuelo ni generar falsas expectativas: «No puedo asegurar que vayamos a proseguir una desescalada», admitió. El mandatario autonómico matizó que sí maneja esa expectativa, pero ha emplazado a «dentro de 14 días», cuando «vamos a adoptar decisiones». «En caso de que podamos desescalar, sería por incremento de aforos. Básicamente trabajaríamos en actividades culturales, deportivas, por supuesto hostelería, incrementado aforos». Pero puede suceder a la inversa: «En caso de que no podamos hacerlo, sería al contrario, disminuyendo aforos, horarios, etcétera». En el último balance, divulgado ayer,
La idea es que vuelvan en julio: al aire libre, en grandes espacios, con público sentado y sin interacción
los casos activos volvieron a quedar por debajo de los 3.000 (2.987), con los contagios claramente estabilizados y un cierto repunte de los ingresos hospitalarios, que vuelven a rebasar los dos centenares (202).
Sobre la hostelería, apuntó que «los bares y cafeterías que tengan medidor de CO2 tendrán más posibilidades de ver incrementado su aforo» cuando llegue el momento. Por ahora, la Xunta lo deja en «recomendación», como consta en el DOG, pero advirtiendo de que «en lo sucesivo» el comité clínico estudiará la implantación de un dispositivo que «viene para quedarse».
Por otra parte, reconoció que se está valorando la posibilidad de abrir la mano con los conciertos, aunque de cara a «julio, agosto», «siempre al aire libre» y en «espacios muy grandes», con los asistentes «sentados, no de pie», y «sin interacción social». Puso como ejemplo el Monte do Gozo, en Santiago, con capacidad para unas 40.000 personas y donde un aforo «razonable» oscilaría entre 5.000 y 7.000 almas, «hasta 10.000». La vicepresidencia primera de la Xunta lo está «valorando» con la Consellería de Sanidade: «Nos gustaría empezar con los conciertos del Xacobeo a partir de julio, si las cosas van bien». Para entonces «más del 50%» de los gallegos estarían vacunados. Pubs y discotecas necesitan «un protocolo un poco más intenso», en el que igualmente se trabaja.