RELACIÓN CON MARRUECOS Casado exige explicaciones a Sánchez por el conflicto
El presidente del PP, Pablo Casado, se reunió ayer, de forma telemática, con Aziz Ajanuch, presidente del Partido Reagrupamiento Nacional Independiente y ministro de Agricultura y Pesca de Marruecos, y con Nizar Baraka, secretario general del Partido Istiqlal, en plena crisis diplomática por la entrada en España del líder del Frente Polisario, que se encuentra en el hospital de Logroño, para ser tratado por coronavirus. Según un comunicado del PP, las reuniones fueron solicitadas por los dos partidos marroquíes, uno de ellos socio de la Internacional Democrática de Centro, de la que es vicepresidente Casado, y el otro partido asociado al PPE.
Casado quiso ser prudente «al hablar de cuestiones de la política exterior», según el comunicado, y les informó del registro de varias preguntas en el Congreso para pedir explicaciones al Gobierno de Pedro Sánchez «sobre la entrada irregular, sin comunicar y con identidad falsa, del líder del Frente Polisario».
Mientras, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, guardó silencio ayer cuando en una rueda de prensa con su homólogo croata se le preguntó por la crisis entre España y Marruecos. «No voy a añadir nada de lo que ya he dicho en días anteriores», explicó. La ministra señaló que el Gobierno está siempre en contacto con las autoridades marroquíes, desde la «discreción y no de manera pública».
—España sigue siendo la potencia administradora del Sahara Occidental, según la ONU. ¿No debería su Gobierno entender ese papel en el caso ‘humanitario’ de Brahim Ghali?
—Las consideraciones humanitarias han demostrado que son meras excusas infundadas y hablar hoy de responsabilidad histórica o administrativa no sería más que una nostalgia a un pasado colonial vergonzoso. España colonizó parte del norte de Marruecos, Sidi Ifni, Tarfaya y el Sahara. Después de la recuperación de cada parte de esas provincias una tras otra, España no ha reivindicado su responsabilidad hacia la población de esas regiones. Entonces, por qué España se empeña en reclamar la tutela y la responsabilidad de la población de las provincias saharianas en particular, sabiendo que el mundo entero y a su cabeza el secretario general de la ONU son testigos de la paz, la seguridad y el desarrollo que reina en esas provincias. Quiero añadir que cualquier alusión a la responsabilidad o tutela de España sobre las provincias saharianas es una expresión de clara hostilidad hacia el pueblo marroquí en una cuestión central que experimenta un cambio importante en la opinión pública internacional: el reconocimiento de la marroquinidad del Sahara por los Estados Unidos de América.
—¿Cómo se puede reconducir la situación para evitar una crisis total entre ambos países?
—Marruecos es víctima de este acto atroz, y el pueblo marroquí espera una posición clara del Gobierno español para volver a darle toda su importancia a la asociación estratégica entre nuestros dos países y restablecer así la confianza entre nosotros.