La revolución de los ricos
Reproducimos el artículo reconocido con el premio Mariano de Cavia, que apareció publicado en ‘El País Semanal’ el 8 de marzo de 2020 n ‘Capital e ideología’, Thomas Piketty constata que, en la sociedad catalana, «el apoyo a la independencia proviene de manera espectacular de las categorías más favorecidas y, en concreto, de las rentas más altas». Así que, para uno de
Elos economistas más reputados de la izquierda actual, la revolución de las sonrisas es, en realidad, la revolución de los ricos («una forma inaceptable de secesionismo de los ricos», la llama también el gran jurista Luigi Ferrajoli en ‘Manifiesto por la igualdad’). Es lo que un servidor lleva años diciendo, razón por la cual ha sido arrojado al infierno de los réprobos, donde arde desde entonces. No se trata de que «la motivación fiscal», como la llama Piketty, sea la única que explica el secesionismo catalán; se trata de que, sin esa motivación, es imposible explicarlo.
Basta no cerrar los ojos para verlo. De entrada, recordemos lo obvio: desde que el mundo es mundo son los ricos los que quieren separarse de los pobres, no los pobres de los ricos; ahora ocurre otro tanto: son los europeos del norte los que quieren separarse de los del sur, los italianos del norte de los italianos del sur, los alemanes del sur (los muniqueses, los ricos) de los del norte (los berlineses, los pobres). La brillante propaganda secesionista apacigua la mala conciencia de sus encantadas víctimas asegurando que los ricos catalanes somos, cómo no, una excepción a esa regla, y que no queremos separarnos de los pobres extremeños y andaluces, sino sólo del rico Madrid franquista; pero la verdad es que ni Madrid es franquista ni el secesionista más alienado por la propaganda cree en su fuero interno que Cataluña querría separarse ahora mismo de Extremadura si Extremadura fuera más rica que Cataluña.
Por otra parte, todos los estudios que conozco –incluidos los del CEO,