Reclamaciones
Solo Etiopía reclama la restitución de 3.081 obras de arte, y el Chad otras 10.000 Macron encargó un informe que instaba a los museos a la devolución de los objetos saqueados
colonial no se limita a los museos alemanes, sino que se extiende por Europa.
El Rijksmuseum de Ámsterdam ha devuelto un cañón de bronce y rubíes a Sri Lanka, así como otras obras a Indonesia, mientras analiza 450.000 piezas de su colección procedentes de las antiguas colonias holandesas en Asia. El Senado francés aprobó en noviembre la restitución de 27 piezas de arte africano expoliadas en Benín y Senegal del Musée du Quai Branly-Jacques Chirac de París. Y el Museo Británico tiene ya en nómina a una investigadora cuya única misión es identificar obras que puedan ser objeto de reclamación que, en sentido estricto, incluirían desde las esculturas del Partenón de Atenas hasta la piedra Rosetta, pasando por la estatua del moai Hoa Hakananai’a y, por supuesto, por los bronces de Benín.
Isobel MacDonald, en el cargo desde marzo, examinará las piezas obtenidas como resultado de intervenciones militares británicas en África –en Maqdala, Etiopía (1868); el reino de Asante, Ghana (1874), y Benín, Nigeria (1896)–, los tesoros imperiales chinos incautados por las tropas británicas y francesas durante el ataque a Pekín en 1860 y otras obras reclamadas por comunidades indígenas de Australia, Nueva Zelanda y América del Norte, llegadas al museo durante la expansión colonial.
Agentes justicieros
Estos procesos modifican de hecho el papel de los museos, cada vez más agentes justicieros y menos preservadores de patrimonio, a la vez que cuestionan la duración de sus colecciones permanentes. Esta incómoda pregunta se sitúa en el centro del debate desde que la historiadora del arte Bénédicte Savoy y el economista Felwine Sarr publicaron su controvertido informe en noviembre de 2018, encargado por el presidente de Francia. Emmanuel Macron, y en el que instaban a los museos nacionales franceses a devolver los objetos de arte saqueados o adquiridos de forma poco ética en el África subsahariana.
También la Asociación Alemana de Museos
(DMB, por sus siglas en alemán) cuenta ya con el segundo borrador de sus ‘Directrices para el manejo de colecciones de contextos coloniales’, que pide más fondos y personal para la investigación y que, según el líder del proyecto, Wiebke Ahrndt, desea ir todavía más allá: «No limitarse solo a eliminar piezas que los museos no deberían tener, sino restaurarlas allí donde no fueron suficientemente valoradas en su momento».
Si se atienden las reclamaciones de los países de origen, se verá desaparecer buena parte de las grandes co
Los museos
lecciones públicas de arte europeas, que se formaron en un contexto colonial y de rivalidad nacionalista en el que proliferaban las figuras de expertos en antigüedades que a la vez eran aventureros y hombres de Estado, bajo una ética dominante en la que lo heroico y patriótico era barrer con las obras para casa. Las esculturas del Partenón fueron trasladadas de forma ilegal por lord Elgin en el siglo XIX y vendidas al Museo Británico. Egipto reclama desde hace años el busto de Nefertiti, cuyo auténtico valor opacó Ludwig Borchardt a los funcionarios egipcios en 1913 para lograr sacarlo del país. Solamente Etiopía reclama oficialmente la restitución de 3.081 objetos. El Chad exige 10.000 devoluciones.
La dimensión de las reclamaciones sugiere que, de ser atendidas, los grandes museos que han sido en los últimos dos siglos fuente de conocimiento terminarán perdiendo buena parte de su entidad, como cuna de investigación y conservadores de patrimonio, además de atractivo que arrastra a Europa a millones de turistas todos los años.
Sin entrar a discutir la legitimidad de las devoluciones, la directora del Museo Rothenbaum de Hamburgo, Barbara Plankensteiner, portavoz de la comisión alemana que ha negociado con el Gobierno de Nigeria, advierte contra el reduccionismo del planteamiento. «Es una pena y lamentable que solo se hable de estas obras valiosas como arte saqueado. En los debates actuales casi nadie pregunta: ¿qué tipo de obras de arte son? ¿Y qué nos dicen en realidad?» También saluda que la investigación universitaria se sume al proceso.
La ruta de los saqueos
«Restaurar el conocimiento perdido sobre el verdadero origen de los tesoros artísticos europeos y hacerlos accesibles: ese es el objetivo del proyecto de investigación germano-británico Restitución del Conocimiento», explica Stefamie Terp, de la Tesnische Universität de Berlín (TU). Durante los próximos dos años y medio, la institución y el Museo Pitt Rivers de la Universidad de Oxford explorarán conjuntamente las rutas que siguieron los tesoros artísticos y culturales del mundo hacia los principales museos europeos entre 1850 y 1939. El proyecto está financiado con 700.000 euros, en un nuevo tipo de programa de investigación de la German Research Foundation (DFG) y el British Arts and Humanities Research Council (AHRC). El equipo también recibió financiación de la Alianza Universitaria de Berlín.
«Hay muchas historias no contadas detrás de los objetos de las colecciones etnológicas que admiramos asombrados en los museos, a menudo historias de saqueos, ataques brutales, conflictos sangrientos, esclavitud y robo, y queremos hacerlos visibles. Queremos contribuir a reinterpretar las salas de almacenamiento de los museos antropológicos europeos y los materiales de archivo asociados como un conjunto único en el que se cuentan y documentan estas historias», explica Bénédicte Savoy, directora del Departamento de Historia del Arte Moderno de la TU. Su colega, Dan Hicks, que dirige el equipo de Reino Unido, y es arqueólogo en la Universidad de Oxford y comisario en el Museo Pitt Rivers, agrega que «otro objetivo es desarrollar recursos comparativos e innovadores, incluso en las redes sociales, que documenten los saqueos coloniales y permitan identificarlos e investigarlos. Deberían servir como fuente para un nuevo diálogo con la sociedad civil. No solo deberían permitir un enfoque más contemporáneo de las colecciones y exposiciones en Europa, sino también en el sur global».