ABC (Galicia)

Sánchez se la juega en Andalucía y el susanismo se ve con opciones

▶ Crecen las dudas en los contrarios a Díaz sobre la claridad de la victoria de Espadas Unas primarias con posibilida­d de segunda vuelta

- VÍCTOR RUIZ DE ALMIRÓN MADRID

El revolcón electoral que el PSOE sufrió hace menos de dos semanas en la Comunidad de Madrid dejó a la formación conmociona­da. Revisitand­o sensacione­s que en el partido hacía tiempo que no experiment­aban. La dirección federal decidió anticipar las primarias en Andalucía para descabalga­r definitiva­mente a Susana Díaz como reacción al batacazo madrileño.

La decisión de plantear ya esa contienda, se celebra la primera vuelta el 13 de junio, acelera el enfrentami­ento que todos esperaban. Ferraz tiene claro que Juan Espadas, el alcalde de Sevilla, ganará la batalla. El antisusani­smo, con la base del 30% de apoyos que Sánchez tuvo en Andalucía en las primarias de 2017, ha ido creciendo tras perder la Junta de Andalucía en 2018.

Pero Espadas no genera un consenso total. Ferraz impulsó finalmente su candidatur­a después de muchos meses de ruido interno en torno a otros nombres. Con movimiento­s activos de algunos que lo deseaban y repliegues de quienes preferían no concurrir a un proceso que elegirá a un cabeza de cartel que tendrá una tarea muy compleja por delante. Ya que según todos los sondeos el PP revalidará la Junta.

Esas encuestas son el gran argumento de los contrarios a Díaz para promover el relevo. Sin embargo, en el

Susana Díaz, Juan Espadas, Luis Ángel Hierro y Manuel Pérez García son los cuatro precandida­tos a las primarias del PSOE. Deben presentars­e logrando avales que represente­n entre un 2% y un 4% de la militancia. En el caso de la federación andaluza significa que para ser declarado candidato habrá que alcanzar los 915 avales y que como máximo se podrán presentar 1.830. Al existir un tope, la entrega de avales no reciente estudio del Centro de Estudios Andaluces la expresiden­ta de la Junta superaba en preferenci­a de los electores a dos compañeros de partido: al propio Espadas y a la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.

Dudas con el momento

Pero en algunos sectores partidario­s del relevo de Díaz ha generado dudas el adelanto del calendario de primarias. Por mucho que la eventualid­ad de un adelanto electoral por parte de Juanma Moreno «sirva como pretexto». Lo cierto es que se llega a la contienda en un momento en que uno de los elementos centrales de crítica a lo sucedido en Madrid es la injerencia de la dirección federal y de La Moncloa en la campaña de Madrid. «Se equivocan. La gente no tolera imposicion­es desde arriba, debieran tener esto claro. Ya será suficiente como termómetro del apoyo de Díaz y Espadas. Pero sí servirá para que, con toda probabilid­ad, Pérez García no pase el corte. Hierro, en cambio, sí puede pasarlo. Representa a la plataforma Andalucía Socialista que en su día apoyó a Sánchez. Su candidatur­a podría restar a Espadas y hacer que tenga que celebrarse una segunda vuelta el 20 de junio si Díaz y Espadas no llegan al 50%. veremos quién ríe el último», trasladan desde el entorno de Díaz donde afirman que «el ánimo y las sensacione­s son muy buenos». Otra dirigente andaluza pone encima de la mesa que es el momento de decidir si se quiere «copiar el modelo» de Madrid donde, denuncian, Sánchez «ha desmantela­do la federación, imponiendo listas y encima sin disimular».

La victoria frente a Díaz se daba por segura. Pero la precipitac­ión de los acontecimi­entos está generando incertidum­bre. «No es la mejor de las ideas la verdad», reconoce un dirigente del PSOE con acreditada trayectori­a en contra de Susana Díaz. En el Gobierno hay figuras importante­s que prefieren no mojarse. La victoria no se da ya por segura. Aunque siguen siendo más quienes creen que Espadas logrará imponerse. «Moreno Bonilla se ha consolidad­o y eso es por su culpa», critica un dirigente refiriéndo­se a la oposición de Díaz: «Va a haber cambio porque los militantes ven que con ella no se puede recuperar la Junta», remata. Pero muchos en el partido reconocen su incertidum­bre. «¿Espadas representa el cambio? ¡Si fue consejero antes que Susana!», dice un cargo andaluz que se define como «no alineado» pero que a priori no iba a votar a Díaz.

En la federación andaluza y en otras federacion­es del interior del país se hace una lectura mucho más crítica de lo que ha sucedido en la Comunidad de Madrid: preocupa y mucho que no se esté calibrando bien cuánto voto de castigo hay al Gobierno de España en esos resultados. Porque, recuerdan, Madrid ha sido la primera votación en una región sin fuerzas independen­tistas desde que Pedro Sánchez pactó la coalición con Podemos y los Presupuest­os con los independen­tistas. «El cuerpo electoral andaluz, y desde luego nuestro militante, se parece más en este tema al madrileño que al catalán», traslada un experiment­ado dirigente andaluz que advierte de que «si eso es un eje clave, Sánchez está en problemas».

Esto que preocupa a varios dirigentes de cara a los comicios locales y autonómico­s de 2023 se ha convertido en un elemento crucial en las primarias andaluzas: desvincula­rse de Madrid, del aparato de la dirección federal es una imperiosa necesidad. Y en ese trance pocos pueden acreditar más galones que Díaz. Espadas ha tenido que llegar a marcar distancias consciente del lastre: «La voz la tienen las bases, no la tiene Ferraz», ha dicho estos días.

Díaz y Sánchez libran una nueva batalla, tal vez la última, cambiando los papeles respecto a 2017, cuando ella era la candidata del aparato y él el candidato de las bases. Hoy todo es muy diferente. La victoria de Espadas significar­ía el fin de Díaz. Pero su derrota sería un segundo fracaso, y muy seguido, en la cuenta de Sánchez.

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EP Pedro Sánchez, ayer en un acto en La Moncloa
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EFE Susana Díaz, ayer en el Parlamento andaluz

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