Luz verde para que el supuesto Caravaggio sea Bien de Interés Cultural
▶ El Consejo Regional de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid aprobó ayer la tramitación del expediente
ay que aplaudir generosamente los reaños de la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo cuando lo merece. Estábamos todos deseando verla de vuelta por la Real Academia Española, institución que tiene nombre de mujer pero siempre se organizó con una secular mayoría de varones. Calvo ha sido la perfecta insumisa de la RAE a cuenta del dictamen sobre el lenguaje inclusivo de la Constitución, que ella quería tunear con la bendición de la Docta Casa. Se llevó un gran disgusto cuando le quitaron educadamente la razón y desde entonces no había puesto un pie. El homenaje a Emilia Pardo Bazán parecía la ocasión perfecta y por eso Calvo estaba allí.
Los discursos de la vicepresidenta son como la caja de bombones de Forrest Gump, nunca sabes lo que te va a tocar. Y ayer fue muy sabroso escucharla hablar del feminismo de doña Emilia. Porque no evitó reconocer que la gallega era conservadora y aun así feminista, impulsora de la libertad de las mujeres españolas. Calvo es la autoridad en esto porque un día espetó: «No, bonita», cuando alguien quiso extender el feminismo de modo transversal, hablando incluso de feminismo liberal. «No, bonita», repitió. «Nos lo hemos currado en la genealogía del pensamiento progresista. Es patrimonio». E ideología. Nadie le tosa, ni con mascarilla.
Han hecho falta dos años de entrenamiento para realizar este regate de sí misma ante el respetable y que no se escuchasen los crujidos en las vértebras de la genealogía. Que doña Emilia era conservadora y feminista tiene un pase, pero no pudo evitar media puya: «No fue solo extraordinariamente singular en su momento sino que lo puede seguir siendo en este mismo». Perdona, Bonita Pardo Bazán, pero lo tuyo... qué raro.
Para una socialista como Calvo es tan difícil hablar de feminismo conservador como de cañas, exparejas y berberechos llorando sobre la urna derramada en Madrid. Si doña Emilia era feminista poseyendo el pazo de Meirás, que sea aceptada en todo caso como la excepción facha que confirma la regla progre.
La vicepresidenta, que es también ministra de Memoria Democrática, anda ahora apuntando –en nombre de la genealogía– a requisar los váteres del pazo de Meirás, do Franco obraba cuando no reprimía ni estaba cara al sol. Hay humanas excepciones para todo.
HEl Consejo Regional de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, reunido ayer, dio luz verde a la tramitación del expediente de declaración como Bien de Interés Cultural del ‘Ecce Homo’ atribuido a Caravaggio. El pasado 14 de abril se publicaba en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid la resolución por la que se incoaba dicho expediente. Intervino en la sesión de ayer David García Cueto, jefe del Departamento de Pintura Italiana y Francesa del Prado, que ya ha visto ‘in situ’ el cuadro, junto con el director y el director adjunto del museo, Miguel Falomir y Andrés Úbeda, respectivamente.
Cuentan que García
Cueto ofreció, ayudado del PowerPoint, una explicación pormenorizada del informe que ha llevado a cabo sobre esta pintura, comparándola con otras de Caravaggio y apoyándose en las opiniones de dos reputados caravaggistas. Asimismo, detalló los análisis técnicos que habría que hacer: muestras de pigmentos, reflectografía infrarroja, rayos X... Eso sí, sigue siendo una incógnita si los propietarios del cuadro querrán que los análisis y la restauración se lleven a cabo en el Prado o en otro taller. La intervención de García Cueto, quien destacó que la publicación en prensa de informaciones sobre el cuadro ha ayudado a atar muchos cabos en este asunto, fue muy elogiada. También hubo felicitaciones para la agilidad y diligencia de las administraciones y el Prado, lo que ha impedido que la obra pueda salir del país.
Tras García Cueto, tomaron la palabra algunos miembros del Consejo, y posteriormente se produjo la votación. No hubo ningún voto en contra y tan solo una abstención: la de la arqueóloga Alicia Torija (en representación del Grupo Parlamentario Más Madrid). Dicen que se sumó a las felicitaciones, pero que no entendía por qué no hay la misma agilidad y diligencia en declarar BIC un Goya que Esperanza Aguirre y su esposo vendieron a Juan Miguel Villar Mir: el retrato de Valentín Belvís de Moncada y Pizarro. Según las mismas fuentes, el director general de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid, Luis Lafuente, explicó que eran casos distintos, pues la del Goya fue una transacción entre particulares españoles y no corría el riesgo de que el lienzo saliera del país. Al parecer, tampoco le gustó a Torija la respuesta de García Cueto sobre la visita que los miembros del Prado (acompañados por técnicos de la Comunidad de Madrid y la Academia de Bellas Artes) hicieron el martes al lugar donde se halla la pintura. Una visita que García Cueto calificó de oficiosa y no oficial.
El siguiente paso es abrir un periodo de información pública por un plazo de un mes para que cuantas personas tengan interés puedan examinar el expediente, previa cita, en las dependencias de la Dirección General de Patrimonio Cultural y presentar las alegaciones que estimen oportuno.
Votación No hubo ningún voto en contra y tan solo una abstención: la de Alicia Torija, de Más Madrid