Ferro, del flanín a las tuberías
Grupo Plásticos Ferro es líder en su sector, pero su fundador comenzó en el negocio creando el flan Chino Mandarín
La España de los años 50 era una España de posguerra, donde el frigorífico sonaba a ciencia ficción y el único postre viable venía en sobres. Muchos recordarán una caja de flanín con un chino dibujado, El Mandarín, y al cerrar los ojos, aún evocarán la suave textura del ‘mejor flan de huevo sin huevo’. La historia de este nostálgico postre está sorprendentemente vinculada a lo que hoy es Grupos Plásticos Ferro, la empresa líder en España en fabricación de tuberías. El nexo entre ambos es un emprendedor gallego: José Ferro.
Nacido en As Pontes, Ferro comenzó su andadura empresarial en un bajo de Madrid que, según nos cuenta su sobrino José Marcial Doctor, «llenaba todo el barrio de olor a vainilla». En una época dónde el huevo era difícil de conseguir, un curioso José Ferro descubre el agar-agar, una gelatina que se obtiene de las algas. Sustituyendo el huevo por esta novedosa sustancia, se obtenía el flanín, un postre delicioso y bastante asequible. «Por eso fue un bum», cuenta su sobrino, «porque era un producto muy atractivo en una España que pedía un poco de dulce». A las dos fábricas del flanín Chino el Mandarín, localizadas en Madrid, se sumó una tercera en Galicia. Ferro compró una central hidroeléctrica en el pequeño pueblo de Muras, en Lugo —hoy tiene 600 habitantes—. Con la electricidad que obtenía, comenzó a elaborar figuritas chinas de caucho y cucharillas de plástico, como marketing, en una fábrica cercana. «Aún hoy tengo unos muñequitos aquí, en mi estantería», dice al teléfono Marcial Doctor, quien ha heredado la compañía que fundó su tío. «Y conservan muy bien el color».
Un giro sorprendente
Aunque los muñecos fueron un éxito, la energía sobraba y José Ferro se dio cuenta de otra necesidad que podía satisfacer: la traída del agua a los pueblos. Ferro decide entonces cambiar radicalmente el rumbo y comenzar a elaborar tuberías de plástico. En el noroeste español «lo tenía todo vendido, porque aunque era una pequeña fábrica, había una demanda enorme», continúa Marcial Doctor, actual presidente de Grupos Plásticos Ferro. Su tío siempre decía: «¡Los plásticos son el futuro! ¡Hazte químico!».
Con el tiempo, la patente se vendió y el flanín entró en el mundo de las multinacionales. La familia Ferro continuó por el sendero industrial y, actualmente, Grupo Plásticos Ferro cuenta con más de 650 empleados y es líder en España, quinta en Europa, en fabricación de tuberías y accesorios plásticos. Marcial Doctor sabe que la empresa tiene futuro en Muras. La actualización e innovación constante parecen una virtud heredada de su predecesor: «Mi tío era un personaje que estaba siempre mirando a ver qué nuevas cosas podría haber, con patentes en todo lo patentable», afirma Doctor. «Un hombre muy muy visionario y una persona muy poco vinculada a lo material. Él quería nuevos desarrollos».
El flanín «buscaba la manera de democratizar un postre de lujo en la España de los 50». Aunque no era un consumo para todos los días, Rafael Castillejo, autor de la obra ‘Recuerdos compartidos’, lo evoca como «una especie de premio cuando tenías anginas. Venía el practicante y como tenías problemas al tragar, venga, vamos a darle al niño un flan». Las anginas del pequeño, eso así, eran la excusa perfecta para que toda la familia disfrutase del postre.
Doctor se recuerda «de pequeño con el flan en la mano, en un soportillo como de cartón, con mi cucharilla y viendo unas colas tremendas para coger el flan, familias enteras», porque «los stands del flanín llamaban mucho la atención, también por la estética, con los muñequitos y los gorros tipo chino». El mandarín representaba bienestar, algo que indirectamente conseguirían también sus curiosas sucesoras, las tuberías de plástico. Todo gracias a un hombre: José Ferro.
Un «premio» El flanín «buscaba la manera de democratizar un postre de lujo en la España de los años 50»