La Xunta moviliza 35.000 hectáreas para recuperar el suelo rural gallego
Desde la oposición denuncian medidas poco efectivas frente a la despoblación
Hace dos años que se aprobó la Ley de recuperación del rural en Galicia. Ayer el conselleiro de Medio Rural, José González, expuso el balance, y, según él, ha sido clave para lograr movilizar unas 35.000 hectáreas de tierra y conseguir una explotación agroganadera que reviva el rural, que acarrea dolencias varias (aunque tengan origen común) desde hace décadas: pérdida de población, envejecimiento, riesgo de incendios y poca actividad económica.
«El objetivo es devolver a las aldeas el papel protagonista que siempre tuvieron en la ordenación territorial», explicó el conselleiro. Y uno de los puntos fuertes del plan de recuperación rural de la Xunta pasa por las «aldeas modelo»: mediante la intervención del Gobierno, se busca crear ejemplos de ordenación territorial en algunos pequeño pueblos del rural gallego. Según expuso desde la platea parlamentaria, «la media de la superficie de las fincas no superaba los 600 metros cuadrados, o los hacía por muy poco», mientras que ahora las aldeas modelo poseen una explotación extensiva. A su alrededor, se plantea un «perímetro limpio» como principal herramienta contra el fuego, y no solo mediante los desbroces, sino promoviendo una explotación económica de los terrenos. Un modelo que, según la consellería, funcionó en los incendios que afectaron a Parada dos Montes (Pobra do Brollón) y de Osmo (municipio de Cenlle).
Para lograr estas iniciativas, así como el resto de organización territorial —polígonos agroforestais y agrupaciones de gestión conjunta— es fundamental la figura del Banco de Tierras. Se trata de un instrumento conformado en el 2007, durante el bipartito, que sirve para gestionar las fincas de dueño desconocido, y arrendarlas a ganaderos o agricultores con proyectos para explotarlas. «El objetivo no es otro que mover la tierra abandonada», resumió. Pero desde el BNG opinan que, en 2009, se «taló el Banco de Tierras. En 13 años solo se movilizaron un centenar de hectáreas, y ahora, en dos años, se hablan de 10.000 pero, ¿dónde están?», replicó el diputado Xosé Luis Rivas.
Con respecto a las aldeas modelo, Rivas las considera «propaganda de altas inversiones y escasos resultados», e insistió en su inutilidad. Se remitió a «informes que dicen que la tierra agrícola que se perderá en los próximos años será del 35%». No obstante, el conselleiro concordó que las aldeas modelo no son la solución: «Con ellas no vamos a solucionar el rural, estoy seguro, pero tenemos que iniciar el proceso, hacer pruebas piloto, garantizar que más allá de los desbroces se hagan explotaciones agroganaderas. Hasta las aldeas modelo eso no se había hecho».
Desde el PSdeG criticaron que las aldeas modelo tampoco «van a solucionar el problema de la falta de superficie», declaró Martín Seco. En esta línea, sobre la concentraciones parcelarias, Seco lamentó que se siga «con muchas de las que Feijóo había prometido finalizar en 2016». Y apuntó al problema de raíz del rural: la falta de población. Habría, según el diputado, que «apostar porque haya vida» en él. Por eso, lamentó su «calamitosa situación» y apuntó a la «necesidad» de que la Xunta actúe desde todos los departamentos. Xosé Luis Rivas añadió: el problema es «abandono de la actividad agroganadera, poblacional, caos forestal y falta de relevo generacional para las explotaciones que quedan».
Frente a las críticas, González insistió en que «frente a arcadias felices —los años del bipartito a los que se había referido Rivas—, hoy hablamos de la puesta en marcha de casi 35.000 hectáreas».