Fotógrafo del sueño californiano
Julian Wasser (1933-2023) Formado en un Washington donde empezó fotografiando la noche y el crimen, prefirió marchar luego a Los Ángeles, donde además de convertirse en el gran cronista de Hollywood, realizó un par de sesiones míticas, la primera con Marcel Duchamp, y la segunda con Joan Didionn
Fallecido el 8 de febrero en Los Ángeles, Julian Wasser había nacido en Bryn Mawr, Pensilvania. Tras pasar su infancia en el Bronx neoyorquino, estudiar en la universidad de su estado natal, y hacer su servicio militar en San Diego y Japón, sus primeros pasos como fotógrafo los dio en la oficina de Associated Press en la capital. El gran Weegee, al que conoció por aquel entonces, se convertiría en su ídolo y ejemplo, lo cual lo condujo a escuchar las comunicaciones internas de la policía y a fotografiar sucesos, vendiendo luego las fotos al ‘Washington Post’. En 1961 decidió cambiar de aires, e instalarse en Los Ángeles, desde donde envió numerosos reportajes a ‘Time’. Pronto se prodigaría en otras cabeceras: ‘Life’, ‘Fortune’, ‘Vogue’, ‘Vanity Fair’, ‘Paris-Match’, ‘Der Spiegel’, ‘Playboy’, ‘Avant-Garde’…
La fotografía más emblemática de Wasser, de 1963, y que motivaría ríos de tinta, pertenece a una sesión en que, dirigiendo la escena como en lo sucesivo lo haría a menudo, le propuso a un sorprendido Marcel Duchamp jugar al ajedrez con Eve Babitz, desnuda, en el marco de la pionera retrospectiva que al fundador del dadaísmo dedicó el Pasadena Art Museum, cuyo director, Walter Hopps, era amante de la futura cronista. Unos días antes, durante la inauguración de la muestra, el fotógrafo había retratado al Gotha de la escena artística de la Costa Oeste, es decir, entre otros, a Larry Bell, Virginia Dwan (galerista de cuya muerte dimos noticia el año pasado), Dennis Hopper, Robert Irwin, Ed Moses, Ed Ruscha, Beatrice Wood, más Andy Warhol, venido desde la otra costa… Icónica también, en 1968, otra sesión, con la escritora Joan Didion como protagonista, delante de su Corvet Stingray amarilla.
Hollywood fue la principal cantera del fotógrafo, como puede comprobarse repasando su cosecha: entre otros muchos, Brigitte Bardot, Robert De Niro, los Fonda, Jodi Foster, Hitchcock, Anjelica Huston, Sophia Loren, George Lucas, Jane Mansfield, Steve McQueen, Marilyn Monroe, Jack Nicholson, Polanski, Scorsese, Brooke Shields, Barbra Streisand, Gloria Swanson, Travolta, Natalie Wood… Más la música y la canción: los Beach Boys, los Beatles, Blondie, Bowie, Cher, Dylan, Michael Jackson, Elton John, Joni Mitchell, Jim Morrison, Iggy Pop, los Rolling Stones, Diana Ross, Donna Summer, Zappa… Más Martin Luther King, John Kennedy, su hermano Robert unos momentos antes de su asesinato… Más James Baldwin, Hockney, Hugh Heffner. Más palmeras, haigas, neones, discotecas, disturbios.
‘The Way We Were’ tituló nostálgicamente Wasser, en 2014, y tomándole prestado el título a Sydney Pollack, la monografía que recoge sus grandes hits, que publicó Damiani, con prólogo de Bred Elterman, colega y amigo de quien, permanentemente dispuesto a ser sorprendido, supo siempre estar en el sitio oportuno en el momento oportuno, y congelar instantes que hoy son historia y leyenda.