El Sergas defiende que no cedió las máquinas a la sanidad privada
El director xeral de Asistencia Sanitaria del Sergas, Jorge Aboal, defendió ayer la titularidad pública de la maquinaria oncológica donada por la Fundación Amancio Ortega y desmintió que fuera cedida a la sanidad privada. No obstante, sí reconoció en el Parlamento, preguntado por la oposición, que esta tecnología se usa para tratar a pacientes de la sanidad privada. La realidad es que estas máquinas para tratamiento oncológico se pusieron a disposición del Consorcio Oncolóxico de Galicia, de titularidad mayoritariamente pública, como informa la Xunta en un comunicado. El 28,5% de este consorcio sí es privado, propiedad de la Fundación Centro Oncolóxico, una entidad sin ánimo de lucro.
Insistió Aboal en que la Xunta «puso a disposición y no cedió» esta maquinaria, dado que «el propio convenio recoge que los equipos siguen siendo del Sergas», que aseguró que los equipos serán trasladados al Hospital de La Coruña cuando el Plan Director del centro dote los espacios necesarios para esta tecnología. Mientras tanto, «está claro que las máquinas no están en el hospital público», dijo Aboal, sino en este centro privado desde el que se «está dando asistencia adecuada y debida a los ciudadanos del Sergas en el área norte de Galicia», recogió Ep.
En concreto, se estima que son unos 5.000 pacientes los que se benefician de esta tecnología en el área norte, de los que «más del 90 por ciento son pertenecientes al Sergas», mientras que «hay unos 400 pacientes que no están adscritos» al sistema públi
co, para los que «la fundación abona a través del concierto una cantidad» por disponer y usar estas máquinas.
El Consorcio Oncolóxico de Galicia fue creado por decreto en el año 2008, en época de bipartito, y éste recogía que el Consorcio «se concibe como un instrumento de esfuerzo combinado entre las entidades que lo integran con la finalidad del aprovechamiento eficiente de todos los recursos sanitarios en materia oncológica de manera que e garantice a los ciudadanos una asistencia integral, de calidad y en condiciones de igualdad», recoge la Xunta. Es decir, según el Gobierno gallego, fue el bipartito quien consideró a la organización como «idónea» para el aprovechamiento de esta maquinaria.